Tenía buen rato que no me parada en un evento partidista. Hoy fui un rato a la caminata de Carlos Morris en la colonia López Mateos; y la intención es, en estos días, a los eventos de otros partidos políticos. La idea me la dio una alumna; que, ante el largo puente, posteo en su muro: hasta dan ganas de conseguir un empleo. Quiero ver, ser testigo, de cómo se están dando las campañas.
Vi a un Morris jovial, que va de un lugar a otro, siguiendo a los jóvenes que le van abriendo camino, tocando puertas, para invitar a los ciudadanos a que reciban, saluden e intercambien palabras con el candidato del PRI a la diputación local. Con el saludo y las palabras, el candidato obsequia, ya una camiseta o una cachucha. Y con él, van jóvenes y un grupo animador. Cuando menos hacen mucho ruido.
Al conversar con un miembro de su equipo de trabajo, mi comentario fue sobre un rumbo, una expectativa: que no la tiene fácil, si recordamos lo que sucedió en la elección federal, cuando era Morris el líder del PRI municipal: que el candidato a la diputación federal, Miguel González Salum, en la capital solo gano con una diferencia de 101 votos. ¿Cómo explicar ese resultado? Por eso, ahora que es el candidato, Morris quiere sacarse la espinita: obtener una victoria contundente.
Tengo la impresión de que los priistas, los operadores en la capital, se han dormido. Morris inicio su recorrido en la López Mateos en el corazón del tianguis que, viernes tras viernes, está ahí. Pude observar, por ejemplo, como algunos comerciantes en sus puestos, estructuras, tenían poster de Arturo Soto y, en unos, hasta logre escuchar el grito de: pan, pan, pan y, obvio, no se referían a conchas, no vendían pan, hacían alusión al partido blanquiazul.
No sé hasta qué punto, los priistas, sus estrategas y expertos, han realizado estudios del comportamiento o de las percepciones de los ciudadanos y electores. Porque hay estudios que indican, en términos generales, que los mexicanos están enojados con los gobernantes. Parametría hace una encuesta para medir la aprobación de los gobernadores; la media los ubica por abajo del 50%. En pocas palabras, ahí donde habrá elecciones para gobernador, la mayoría piensa que el gobernador hace mal su trabajo.
Retomando la encuesta de Parametría, analistas como Raymundo Riva Palacio, hacen notar que ese enojo de los mexicanos no va solo en contra del PRI, que también en contra del PAN y del PRD, y la evidencia es que en la última elección sus candidatos perdieron en conjunto el 20% de los votos. Votos que se han ido, por ejemplo, para Morena y para el Movimiento Ciudadana, explicando así, uno que otro triunfos de estos partidos políticos.
¿Cómo hacer una campaña ganadora? Si hacemos caso a la encuesta de Parametría resulta que, por decir, Baltazar Hinojosa Ochoa, Oscar Almaraz, Carlos Morris o Lalo Gattas, no pueden presumir a su Presidente, a su gobernador ni a su partido político. Luego, entonces, como pueden ganar: por el carisma, que sean capaces de ganarse a la gente, por sus propuestas y, claro, por el apoyo de la estructura del partido que los hizo candidatos. Por la imagen que tienen ante la gente: si tienen fama de honestos, de incorruptibles y, claro, de apoyar a la gente, de mostrar capacidad de servicio.
Los candidatos del PRI, hoy en día, saben que no la tienen fácil: al menos en algunos municipios o distritos electorales. Incluso ya para algunos analistas se considera que se puede repetir lo de hace tres años: que el PRI pierda la mayoría congresal. La cuestión es: si así sucede, tendrá capacidad para repetir la hazaña de lograr una mayoría, digamos, artificial.
Comentarios:
meligue@prodigy.net.mx
http://meligue.blogspot.mx/