El quehacer reformatorio de las leyes, impulsado por la inquilina del Palacio Nacional a través del Congreso de la Unión, ha sido una tarea difícil porque pisa callos de monopolios, caciques y otras ínsulas de poder, pero adecuar el marco legal es necesario. Así lo creo considerando un análisis elaborado sobre el particular.

A la mano conservo una copia que plasma una a una esas reformas, que han sido (son) motivo de críticas inconsistentes las más de las veces ante la falta de información, pero en colaboraciones posteriores habré de consignar su contenido, puesto que al menos en Tamaulipas, impactarán para el avance sustantivo de la transformación.

En su oposición a las reformas y las leyes secundarias que están en la mesa de análisis y serán discutidas próximamente, la oposición insiste en rechazarlas, aunque, por cierto, la mayoría ya fueron aprobadas en comisiones, aunque sólo en lo general, y por eso se espera que los senadores y diputados antagónicos a las reformas acudan al pleno, en su último intento de frenarlas, pese a saber que un debate de tal naturaleza, de antemano, lo tienen perdido.

Esto, pese a las expresiones tumultuosas que al interior del Senado de la República y del Palacio legislativo de San Lázaro tienen lugar desde hace varios días, alentadas por intereses grupales y/o personales, políticos e incluso, los dogmáticos, aparte de los anarquistas.

Y son ellos, precisamente, los que han entorpecido una discusión de altura entre los legisladores del Congreso de la Unión, lo que ha permitido a los diputados y senadores priistas, albicelestes, perredistas, emecistas y hasta a los mercenarios legislativos hacer cuanto les venga en gana.

Por eso advierto que las reformas constitucionales y a sus leyes secundarias con el apoyo de la oposición, sin éste y a pesar de éste saldrá avante antes de que concluya el periodo actual de sesiones ordinarias en ambas cámaras.

Es decir, antes del treinta de abril.

Y lo afirmo porque el triunvirato PRI-PAN-PRD, en comisiones unidas, rechaza aprobar las modificaciones a la ley, secundado por sus pares de otros grupos, o pese a su rechazo.

De ahí que no le extrañe si antes del día último, a más tardar, hay aquí, en México, un nuevo marco constitucional.

La depuración

De buena fuente sé que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal en breve iniciaría el saneamiento de la corporación.

En principio con la aplicación de exámenes para evaluar a todos los efectivos de la Guardia Estatal, así como al personal de los centros de readaptación social, a fin de relevar a los malos elementos que (se compruebe) mantengan cualquier roce con el hampa.

Y luego habrán de investigarse minuciosamente a los efectivos.

Dicha medida, por donde quiera vérsele resulta sana, pues marcaría el inicio de un verdadero combate a la corrupción policial, y, por consiguiente, daría un nuevo golpe a la delincuencia que tanto daño causa a la sociedad de los 43 municipios que hay en la geografía estatal.

Con acciones como las aquí consignadas, el gobernador Américo Villarreal Anaya confirmaría que en Tamaulipas se ejerce realmente una cruzada contra los transgresores de la legalidad; y que en esta tierra cueruda no hay impunidad ni se encubre a nadie, aun cuando los bandoleros presuman de impunidad.

Por si fuera poco, sé que el mandatario ha dado instrucciones de brindar el apoyo necesario a las instancias federales en la realización de su trabajo.

Así quedó constatado durante los honores a la Bandera, en su Día.

Correo: jusam_gg@hotmail.com  

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.