Ciudad Madero, Tamaulipas. - Doña Toñita, con sus 87 años de edad y múltiples enfermedades, enfrenta a diario al coronavirus en la esquina de la calle Carranza y 13 de enero en la zona centro de Ciudad Madero, tiene miedo, pero "ya que le puedo hacer, tengo que comer".

En el andador que utiliza para poder caminar, lento y con cuidado, coloca una pequeña canasta tejida con carrizo, en ella hay chiclitos de a peso o dos por cinco pesos, paletas de cajeta y los ya tradicionales mazapanes "cómprame uno y que Dios te bendiga", es la frase que utiliza para atraer clientes.

Trae su cubrebocas pero le molesta, no la deja respirar y con el sofocante calor del medio día le es más difícil mantenerlo en su cara.

Ella vive sola, sus hijos fallecieron jóvenes, recibe el apoyo del Gobierno Federal del programa 68 y más, lo que utiliza para adquirir sus insumos por una colostomía que tiene, (procedimiento quirúrgico en el que se saca un extremo del intestino grueso).

"Me han llevado ayuda, solo la del gobierno, me llegó hace un mes. Tengo una colostomía, se me acaban las bolsas hay que comprarlas, y son caras", reconoció.

Mientras vende unas paletas de cajeta, relata que mensualmente requiere distintas cantidades de dinero, tanto para surtir su negocio como para poder adquirir las bolsas que le exige su padecimiento médico.

"Hay que buscar para comprarlas porque cuestan 65 a 70 pesos, por cajita que vienen 10 ya son hasta 800 pesos, también ocupo un polvo por si hay alguna herida en el orificio que le dejan a uno, es algo especial", declaró.

Doña Toñita, como le dicen los comerciantes del primer cuadro de la ciudad, es una de los cinco adultos mayores que día a día buscan el sustento pese a sus edades, y reconoce que a su edad también sufre hipertensión, y aunque le teme al coronavirus reitera "tengo que comer".