Hubo un tiempo en que los panistas le temían al Doctor RODOLFO TORRE CANTÚ por su carisma y arrastre con la gente y su miedo los llevó siempre a aceptar su derrota.
Hoy parece estar pasando lo mismo en el PRI con el fenómeno GUSTAVO CÁRDENAS GUTIÉRREZ, sólo que hay un detalle, a él siempre le llegan al precio.
GUSTAVO tiene su influencia muy marcada en la capital del estado, eso lo sabe el PRI, y su famélico estilo también es muy conocido por eso no ha dicho si va por la alcaldía de Victoria o por la gubernatura, y dependiendo hacia donde brinque será el tamaño del billete.
Una costumbre de apetitos personales muy válidos.
Sin embargo habrá que considerar que GUSTAVO no ha ganado una elección de mayoría en los últimos dos procesos (2013 y 2015) Esto nos dice que sí reúne un gran número de votos pero no le alcanza para ganar.
En el proceso federal reciente del 2015 se quedó en la raya, y fue derrotado por MIGUEL GONZÁLEZ SALUM, aunque con poco margen pero le ganó y en la elección local del 2013 quedó muy lejos de ALEJANDRO ETIENNE.
El problema del PRI está en los votos de la gente que no es priista, porque sus votos seguros están muy controlados, pero le preocupan aquellos que determinan la diferencia entre el triunfo o la derrota.
GUSTAVO está esperando que el PRI le ofrezca lana para que se postule por la gubernatura, por eso no ha dicho por dónde irá, pero al PRI le vendría bien no tomarlo en cuenta esta vez porque de cualquier forma DANTE DELGADO lo obligará a buscar la gubernatura donde puede resultarle más útil.
A DANTE, el dirigente y dueño del Partido Movimiento Ciudadano, no le interesa que GUSTAVO se postule por la alcaldía de Victoria, porque le representa menos votos, y aquí de lo que se trata es de sobrevivir como partido y para eso necesita votos.
A donde quiera que vaya GUSTAVO, al tricolor le significa una gran ventaja porque debilita el proyecto del PAN.
El PAN va por los votos sueltos y el PRI gana con su estructura, no obstante parece no estar tomando en cuenta a ABDIES PINEDA MORÍN, el candidato a la gubernatura por el Partido Encuentro Social, aunque hay que aclarar una cosa, no es ABDIES el monstruo electoral sino la religión transformada en política.
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