Altamira, Tamaulipas. - Tras años de abandono y múltiples promesas incumplidas, el sur de Tamaulipas finalmente cuenta con una nueva vía de comunicación: el Puente de la Esperanza, una estructura moderna que sustituye al tristemente célebre “Puente Roto” sobre la carretera Tampico-Mante.

La obra, que representó una inversión pública superior a los 293 millones de pesos, fue coordinada por la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) y está llamada a ser clave para el desarrollo logístico de la región, así como para el turismo.

Este paso elevado fue diseñado para resolver una deuda histórica con miles de automovilistas, transportistas y turistas que durante más de 13 años vieron interrumpido uno de los accesos estratégicos hacia el puerto de Altamira y la zona metropolitana del sur del Estado.

Los trabajos implicaron una reconstrucción total: desde el retiro de los restos del antiguo puente, hasta la edificación de nuevas estructuras de soporte, drenaje y acceso, con criterios técnicos que garantizan una obra duradera y segura.

La estructura original había sido abierta en 2010, pero fue cerrada apenas meses después debido a fallas estructurales derivadas de su mala cimentación sobre cuerpos lagunares. Desde entonces, el punto se convirtió en símbolo del abandono y la negligencia gubernamental.

Durante la inauguración, el gobernador Américo Villarreal Anaya subrayó que el nuevo puente no es una simple obra de ingeniería, sino un acto de justicia para los habitantes de Altamira y visitantes del sur del Estado.

“Hoy dejamos atrás una promesa rota, para dar paso a una nueva etapa de conectividad”, expresó.

Además del corte de listón, el evento sirvió para reforzar el operativo de Semana Santa con la entrega de patrullas a los municipios de la zona conurbada y el despliegue de fuerzas de seguridad para proteger a locales, y visitantes durante el periodo vacacional.

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