Altamira, Tamaulipas. - Mientras los fraccionamientos de Altamira, como Arboledas y Haciendas, continúan en el abandono, el alcalde Armando Martínez Manríquez sigue destinando recursos públicos y personal del municipio a la remodelación del estadio de la ciudad, un inmueble que no alberga a ningún equipo profesional.

El estadio fue entregado en comodato por el Gobierno de Tamaulipas, pero los costos de su mantenimiento y reparación siguen corriendo a cargo del erario municipal.

Hasta el momento, no se ha transparentado cuánto dinero ha sido invertido en estas obras, a pesar de la urgencia de atender problemáticas reales en las colonias de Altamira.

El interés del alcalde parece estar más enfocado en el espectáculo que en las necesidades ciudadanas.

Su intención es que la Jaiba Brava, que ya cuenta con su propio estadio en Tampico, dispute un partido en Altamira contra un equipo de primera división, como el América.

Esta obsesión por el show y la imagen pública deja en evidencia las prioridades de Armando Martínez, quien prefiere posar para la foto en el estadio en lugar de resolver las deficiencias en servicios básicos que afectan diariamente a los altamirense.