La defensa
La concentración del domingo próximo en la Plaza de la Constitución --más conocida como el Zócalo de la Ciudad de México--, marcaría el inicio de un movimiento de defensa a nuestra libertad, independencia y soberanía, ante la amenaza injerencista del mandatario gringo Donald John Trump.
Anticipo que al llamado de Claudia Sheinbaum Pardo responderán (de motu proprio) miles de compatriotas --inclusive, rebasando la capacidad del área estimada en 46 mil 800 metros cuadrados--, pues ella ha ofrecido que ahí, de cara al pueblo, marcará su posicionamiento respecto a los embates del inquilino de la Casa Blanca.
Hace un par de días, la presidenta se reunió con su gabinete para fijar la estrategia a seguir en la relación bilateral México-EU, anticipándose a la conversación telefónica que en la víspera tuvo con su homólogo gringo, en la cual acordaron que México no deba pagar aranceles por ningún producto protegido por el T-MEC, por lo menos hasta el 2 de abril; y ambos seguirán trabajando juntos en los temas de migración y seguridad, que incluyen el tráfico de fentanilo hacia los Estados Unidos y de armas hacia México,
Anteayer, Sheinbaum Pardo también presidió un encuentro con los 24 gobernadores de morena para analizar los avances del IMSS-Bienestar. Y quizá pudo haberse abordado el tema de la agresión yanqui.
¿Acaso para tirarles ‘línea’ a sus interlocutores?
Sólo ellos lo saben, aunque no dudo que más de uno hayan filtrado ya pormenores de esa plática
Lo cierto es que Claudia, sea cual haya sido el resultado de su diálogo con Trump, insistirá en la defensa de la libertad, independencia y soberanía nacional, porque eso le ha redituado credibilidad y confianza a grado tal que su aceptación como jefa del Ejecutivo Federal creció hasta un 80 por ciento, según la encuesta más reciente de El Universal.
Así que el domingo que se avecina, refrendaría su músculo de lideresa nacional ante el imperialismo, aunque, en lo doméstico asomen grupos que operan en contra suya por ver afectados sus intereses.
‘American dream’
Los peligros que enfrentan los indocumentados connacionales y de otras naciones de Centroamérica y Sudamérica que pretender hacer realidad el ‘american dream’ (sueño americano), durante toda la vida se han dado en México, tanto en la frontera sur como en la del norte, por ser parte de su recorrido para llegar a la Unión Americana.
Acá de este lado, durante su traslado y poco antes de pisar la línea divisoria con Estados Unidos, el emigrante enfrenta abusos por parte de las autoridades como de los grupos delictivos, además de inseguridad hacia su persona.
En los días previos al ‘cruce’ regularmente se les mantiene hacinados en algún punto fronterizo, merced de las bandas de ‘pateros’, hasta el momento mismo de su internación, sin que les importe el delito cometido en su causa ni el riesgo que éste representa a su integridad física, así sean menores de edad.
Sobre la línea divisoria hay bandas de asaltantes y criminales, aparte de los traficantes de indocumentados, cuyo insano propósito es practicar el robo, el homicidio y las violaciones de aquellos inocentes que no se pongan a ‘tono’ con los jefes.
Los traficantes de indocumentados, por su parte, funcionan con total impunidad en la franja fronteriza, siempre protegidos por las autoridades policíacas y los funcionarios de migración (que devengan salarios y otras prebendas en la Secretaría de Gobernación), en base al pago puntual de ‘cuotas’.
Son reiteradas las historias que se cuentan sobre los grupos de indocumentados que han sido abandonados a su suerte luego de haber entregado las sumas de dinero convenidas, o que son recogidos en estado grave merced a las golpizas recibidas para quitarles sus pocas pertenencias.
Si bien les va a los indocumentados y logran internarse en los Estados Unidos, seguirán viviendo en un contexto de incertidumbre y mal trato de parte de los empleadores que, las más de las veces, explotan inmisericordes la fuerza laboral cuando se trata de ilegales que no pueden alzar la voz.
A eso debemos añadir los abusos de que son objeto por parte de los agentes de Migración, la Policía Ministerial y otras corporaciones, en su búsqueda de alimentarse con el dinero ajeno.
Refiero lo anterior porque ante el escándalo desatado con el tema de la política migratoria de Donald Trump, es justo y necesario entender que las más de las veces los indocumentados salen de su país por hambre, y no para volverse ricos o quitarles empleos a los gringos huevones.
Correo: jusam_gg@hotmail.com
Juan Sánchez Mendoza
Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ