Educación: ¿Para qué?
Durante 37 años fui docente en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Fui testigo de la evolución académica: de como cerraron la licenciatura en Administración Pública, porque era una carrera de grillos; de como evolucionó la académica de periodismo y comunicación: técnico superior en periodismo, licenciatura en relaciones publicas hasta llegar a licenciatura en ciencia de la comunicación. Y fui, también, testigo de los cambios en los modelos y planes educativos… la cuestión: ¿han funcionado?
Por eso es interesante la presentación del libro de Marco Aurelio Navarro Leal: “Transformaciones y contextos. La Universidad Autónoma de Tamaulipas y las políticas de educación superior”. Nadie mejor que nadie, para ofrecernos un panorama de su evolución, pero sobre todo de su eficacia, de su funcionalidad u operatividad. Y es que, en este tema, vale preguntarnos: Educación, ¿para qué?
¿QUE ES LA EDUCACION?
En la década de los setenta, en tiempos de fortalecimiento del ciclo neoliberal, nos decían que la educación era un esquema que servía para el desarrollo de la sociedad; le medio, era la movilidad social. En este caso, soy un ejemplo de que funciono: hijo de campesino que, gracias a esa educación, logre estudiar posgrado y dar clases en los mismos. La educación, nos decía ya en su conceptualización, que era “bancaria”, que los maestros solo depositaban en nosotros mas y mas datos y conocimientos, que no nos enseñaban, para que servían.
Tomo auge, en aquella época, la expresión de Paulo Freyre: La educación es la praxis y la acción de mundo para transformarlo. Así, nació un modelo educativo que tenía como propósito hacer que el alumno fuera más reflexivo, más analítico y no un autómata, que sus conocimientos los usaba para cumplir con las ordenes de sus jefes. La cuestión es que, ese modelo y otras políticas, no funcionaban: solo cambiaban el nombre a las materias y el proceso de enseñanza, pero no entrenaban a los profesores para el nuevo modelo.
POSPONER LA VIDA.
Marco Aurelio es doctor en educación, fue funcionario de la universidad, responsable de la cuestión académica, y como parte de su experiencia docente y de investigación, ha escrito una gran variedad de textos, entre libros, ponencia y ensayos. Recuerdo uno, me llamo mucho la atención. “Posponer la vida”, un pequeño libro sobre sus observaciones de la vida cotidiana del estudiante universitario: el egresado de la universidad, explico, pospone aspectos notables de su vida en aras de forjar una formación universitaria más sólida: al egresar, apunto, se gradúa, obtiene un trabajo y los fines de semana se pone a estudiar un posgrado… es decir, pospone aspectos de su vida personal, en aras de una mejor formación profesional. Es, pues, uno de los contextos.
No he leído el libro, solo le di una ojeada: “Transformaciones y contextos”, pero conociendo a Marco Aurelio, su vida universitaria, dedicada a la docencia y a la investigación, espero encontrar en su contenido, amén de sus reflexiones, una autocrítica… porque, en buen tiempo, fue el forjador no solo de docentes e investigadores en la educación, fue el responsable de las políticas públicas de la educación universitaria. Dar vida, operacionalizar, revisar y ajustar los programas de la universidad. En otras palabras, fue el responsable de la dirección educativa de una y otras generaciones de profesionales que la UAT entrego a la sociedad.
RADIOGRAFIA UNIVERSITARIA.
El texto de Marco Aurelio nos ofrece, según vi en su contenido, una historia de la Universidad Autónoma de Tamaulipas: historia porque no soslaya, vamos pues, las distintas etapas de su vida, como la existencia de los liderazgos territoriales, ni de cómo nació y evoluciono la institución educativa. Su visión y explicación de los distintos momentos tiene una significación extraordinaria: de algunos fue parte activa, los conoció, los vivió, no especula y menos inventa teorías o conjeturas.
Creo que el libro de Marco Aurelio aparece en un momento justo: en el momento en que el entorno de las universidades públicas, quiérase o no, tiene una influencia y es parte ya de lo que en política se conoce como la 4T: la educación neoliberal fue, entiéndase, forjar habilidades con una visión de emprendimiento, de superación individual; y en la 4T, su ideología es otra, pregonan un humanismo, pero en la esencia es darle vida a una educación que tiene un propósito ideológico… por algo cambiaron los libros de texto de la educación básica: los conceptos cambian y generan otros tipo de conductas.
¿Sucederá también en la UAT?
Melitón Guevara Castillo
Licenciado en Administración Pública (UAT), Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).
Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).
Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.
Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.
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