Tampico, Tamaulipas. - Con la esperanza de un nuevo comienzo, Efraín López Arévalo, de 60 años llegó a Tampico en noviembre. Originario de Chiapas, una comunidad en la Sierra del Chapo, vino acompañando a su hija, quien enfrenta una dura batalla contra el cáncer. Sin embargo, ella partió a la frontera con su esposo, dejándolo solo en una ciudad desconocida.

Antes de hallar refugio, don Efraín vivió semanas en la Central de Autobuses de Tampico. "Pedí permiso para quedarme en la terminal, pero el frío era insoportable. Un vigilante me sugirió ir al albergue, y así fue como llegué aquí", relató con agradecimiento por el apoyo recibido en el refugio durante las bajas temperaturas.

Con experiencia en trabajos como pintura, soldadura y agricultura, don Efraín desea establecerse en Tampico y encontrar empleo.

"Quiero buscar un lugar fijo, un trabajo. No estoy aquí para depender de otros; necesito salir adelante por mí mismo", afirmó con determinación.

En su tierra natal, se dedicaba a sembrar café y maíz, pero las cosechas se  volvieron insostenibles. Ahora, en Tampico, enfrenta el desafío de empezar desde cero, sin familia ni conocidos, pero con la esperanza de encontrar estabilidad.

Efraín López es un ejemplo de resiliencia. Su historia refleja las dificultades de quienes migran buscando una vida mejor, enfrentándose a la soledad y la incertidumbre. Hoy, desde el refugio, sueña con construir un futuro digno y seguir adelante pese a las adversidades.