Ciudad de México. - Cubrir la Gran Final de la Liga de Expansión MX representó un desafío peculiar, era -en cierto modo- adentrarse en un universo paralelo del futbol mexicano. Al final, la cobertura nos dejó grandísimas sensaciones, al tiempo que nos dejó una experiencia inolvidable alrededor de la redonda.

Para muchos, el partido entre Tapatío y Celaya era un evento que pasaba desapercibido, algo relegado en la agenda de los aficionados. Sin embargo, lo que se vivió en el Estadio Akron fue una fiesta que transformó cualquier indiferencia en una noche mágica, llena de emociones, pasión y -por encima de todo- futbol en su máxima expresión.

La transformación fue evidente desde el ambiente. Lo que al inicio fue un partido ignorado por gran parte de los aficionados, terminó siendo una auténtica fiesta.

Apoyo incondicional; una tribuna que vibró

Es cierto, las tribunas del Akron no estuvieron abarrotadas; no obstante, la entrada fue mucho más que digna, con 25 mil 552 asistentes a la Gran Final de Liga BBVA Expansión MX, de acuerdo las cifras oficiales. Tremendo.

Bajo ese escenario, es oportuno destacar que no sólo había un ambiente cálido y festivo, sino que la afición del Celaya viajó en buen número para apoyar a los Toros, pintando algunas zonas de azul y blanco; del otro lado, los seguidores del Tapatío, arropada por el legado de Chivas, mostró su entusiasmo y contagió su pasión.

Quedó claro que este partido significaba mucho más que una Final: era un tributo al futbol y sus protagonistas. Mientras que la música del mariachi y los gritos de emoción anunciaban lo que estaba por venir: una batalla en la que la pasión rebasó cualquier cuestionamiento.

Los protagonistas de la fantástica Gran Final

En la cancha, el Tapatío, ese equipo juvenil que mezcla frescura y desparpajo, demostró que el futbol puede ser tan divertido como efectivo. Cada toque del balón transmitía una energía contagiosa, el desempeño de la chamacada ilusionó a sus aficionados, al tiempo que dio esperanza sobre el futuro.

Este no fue solo un triunfo deportivo; fue la consolidación de un proyecto formativo que apuesta por la calidad y el amor por el juego.

Por el otro lado, Celaya luchó con el alma. Sus jugadores, más curtidos, no dejaron de intentar hasta el último suspiro. Para ellos, esta Final no fue un mero trámite; fue el sueño de levantar una copa y representar con orgullo una ciudad que respira futbol.

Lo que más llamó la atención en esta Gran Final fue la actitud de los protagonistas. Desde las entrevistas previas, los jugadores de ambos equipos transmitían un entusiasmo auténtico. Para ellos, el debate sobre el formato de competencia era irrelevante. Lo único que importaba era ganar. Y en la cancha lo dejaron todo: sudor, esfuerzo y un corazón que latía por la gloria.

El capítulo final del Apertura 2024 de la Liga BBVA Expansión MX tuvo momentos dignos de cualquier gran espectáculo deportivo: tensión, celebraciones y un respeto absoluto por la redonda. Fue un cierre de temporada digno de los mejores elogios, y una prueba de que el futbol mexicano tiene historias que merecen ser contadas, más allá de las divisiones y categorías.

¡Ganó el fútbol!

En el Estadio Akron se vivió una auténtica fiesta, una muestra de amor y respeto por el futbol, que con su magia y su capacidad para emocionar, ¡se impuso una vez más! Porque más allá de las críticas, fue una noche en la que todos ganamos. ¡Viva la caprichosa y siempre hermosa redonda!