Hace tiempo conocí a Ángeles, es una mujer joven, guapa e inteligente. La recuerdo porque me gustó mucho su forma de ser, por su manera de vestir, por su estilo de hablar. No cabe duda que me había llamado mucho la atención.

La primera vez que la llegué a ver fue en un pequeño auditorio ubicado al interior de una empresa para la que ella colaboraba; era un auditorio para pocas personas. En ese lugar Ángeles estaba impartiendo una plática relacionada con la salud, es decir, sobre diabetes, hipertensión, entre otras enfermedades.

Después de algunos años sin saber de su vida, la volví a ver caminando por la calle Hidalgo; ella se acordó de mí, nos dimos un breve saludo, en ese momento me invitó a que asistiera a una plática sobre esquizofrenia que ella misma iba a ofrecer en su consultorio, ya que en la sala de espera había un espacio amplio donde cabían sentadas aproximadamente como 15 personas.

En la sala de espera había una pantalla grande sobre la pared, que es con la que normalmente se apoya Ángeles para pasarles información a las personas por medio de videos cortos, en lo que está explicando el tema.

¿Quién era Ángeles? ¿Qué había estudiado esa mujer que ahora la veía tan entusiasmada?

Me presenté a la plática sobre esquizofrenia. En la sala de espera de su consultorio ya había gente sentada, entre mujeres y hombres. En la pared había colgado varios diplomas y reconocimientos sobre estudios de acupuntura, psicología, botánica, aparte, tenía colgado el título de Licenciada en Ciencias de la Educación.

Después de la plática que ofreció, me quedé conversando con Ángeles en su consultorio. Ella me comentó que acaba de asistir a un curso el cual se trató de plantas medicinales, no recuerdo exactamente hasta qué estado del país tuvo que viajar para aprender de un hombre conocedor de plantas curativas.

Después de haber conversado con Ángeles sobre lo que había estado estudiando en todos estos años para aprender cómo curar enfermedades, aproveché la ocasión para explicarle que me estaba dedicando a escribir libros sobre historias de vida de las personas; intenté convencerla para que me contara sus experiencias: “Ángeles, una persona como tú debe escribir su libro; yo te puedo ayudar”. Ella me respondió con esa voz tan suave que la distinguía: “Lo voy a pensar, señor Ricardo”.

Volvió a pasar bien tiempo sin haberla visto físicamente, porque en un sueño que tuve la volví a ver. Soñé que había vuelto a su consultorio. Mientras ella estaba atendiendo a una persona, permanecí sentado en la sala de espera. Enseguida salió ella y me dijo: “Hola señor Ricardo, ¿cómo le va?”. Se había sentado muy cerca de mí.

Le dije: “Me gustaría escribir tu libro”. Ángeles me contestó: “Tal vez sea en otra ocasión, señor Ricardo”.

Cuando desperté del sueño me quedé pensando en ella, me inquietaba pensar que debería escribir su libro; se me hacía interesante su vida.

Luego de unos días la vi nuevamente por la calle Hidalgo, me sorprendió lo que me dijo: “Hola señor Ricardo, ¿puede pasar más tarde a mi consultorio? Me gustaría hablar con usted sobre el libro que me propone. Le adelanto que me gustaría más que entrevistara a mis amigas y que ellas le cuenten qué piensan de mí, eso me interesa más.”

Cuando estuve con Ángeles para tratar lo del libro, le expuse los puntos que abordaría con cada una de las personas que entrevistaría. A ella le pareció buena idea. Me entregó algunos nombres de sus amigas, y les fui llamando a cada una para programar las entrevistas.

Aunque para el desarrollo de las entrevistas tuve que hacer varias preguntas, estas no aparecen, únicamente el testimonio directo expresado por cada una de las entrevistadas; al final llevaba el nombre de la persona.

En la portada del libro aparece Ángeles en el interior de una cabaña, se encuentra sentada en una silla de madera, con su cabello negro llegado a los hombros, trae un vestido negro; en la imagen aparece con una sonrisa, sus ojos hablan, dicen muchas cosas.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.