Reynosa, Tamaulipas. - En el arranque del Buen Fin, los comerciantes organizados de Reynosa pidieron vigilancia y que autoridades del Servicio de Administración Tributaria (SAT) no hagan ‘cacería de brujas’ en los comercios participantes.

El evento se celebró en el renovado Paseo Reynosa, en plena calle peatonal Hidalgo, en donde el presidente de la Cámara de Comercio (Canaco), Gildardo López Hinojosa, informó que son más de 850 negocios los que participan en el ‘Buen Fin’ con ofertas en productos que van del 10 al 50 por ciento de descuento.

Apuntó que los resultados obtenidos en los últimos años demuestran que ‘El Buen Fin’ es el evento de mayor impacto comercial de nuestro país y de América Latina.

“Ha demostrado ser un programa exitoso que hace ganar a los consumidores, la industria, a los comerciantes y prestadores de servicios al incrementar sus ventas”, expresó.

Pidió a la Guardia Nacional y a las corporaciones locales que no bajen la guardia en el tema de seguridad pública, a fin de garantizar que los consumidores puedan acudir a aprovechar las ofertas.

López Hinojosa reiteró el llamado al SAT para no hacer “cacería de brujas” y a la Profeco, realizar el mejor trabajo posible, vigilando que no se incurra en aumentos y violaciones en perjuicio de los compradores.

Por su parte, el titular de la Administración Desconcentrada de Servicios al Contribuyente, Víctor Manuel Zeferino De la Cruz, invitó a los consumidores en general a aprovechar los descuentos y participar en el “Sorteo del Buen Fin”, en el que podrán participar aquellas personas que realicen sus compras con tarjetas de débito o crédito, además de los pequeños establecimientos registrados en este programa.

Mientras que José Luis Márquez Sánchez, director de la Procuraduría Federal del Consumidor Zona Nororiente, mencionó además que a nivel nacional la Profeco ha desplegado 999 verificadores en campo y 326 módulos de atención, de los cuales, dos se ubican en Reynosa, en Plaza Sendero Periférico y en Plaza del Río.

Invitó a los consumidores a fijarse en las letras chicas, aprovechar las ofertas y, en caso de alguna queja, presentar su inconformidad en los módulos o en los teléfonos de la dependencia.

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