Ha habido personas, entre hombres y mujeres, que me han dado la oportunidad de poder apoyarlos para escribir sus experiencias de vida, debido a lo cual me siento contengo porque es un trabajo interesante el hecho de estar escribiendo en la computadora mientras la persona me está dictando parte de sus experiencias que ha pasado a lo largo de su vida.

En estos casos es porque la persona no tiene mucho tiempo para sentarse a redactar, o porque desconoce el proceso que se sigue para organizar la información.

En el caso particular, a las personas con las que he trabajado para la realización de un libro les he informado que es por medio de dictados la mecánica que sigo para estos proyectos; es decir, la persona se concentra en el tema que desea desarrollar, una vez que lo tiene claro en su mente comienza a contarme su historia mientras yo estoy escribiendo.

En lo personal disfruto mucho este tipo de trabajo, me agrada verme frente a la computadora, me concentro en escuchar a la persona mientras se encuentra haciendo un esfuerzo mental para traer a su mente aquellos recuerdos de su niñez, de la adolescencia, de su juventud, de su trabajo, del abuelo, de la abuela, etcétera.

Por lo general así trabajo, aunque hubo una persona (abogada) que solamente me envió el documento en Word por medio de WhatsApp para que me encargara de corregirlo y editarlo, listo ya nada más para mandarlo a imprimir. La autora de ese trabajo se dio buen tiempo para escribir su historia de vida.

Solamente la vi en una ocasión en el restaurante María Bonita junto con su hijo quien fue el que se encargó de hacer un puente entre su mamá y yo. En el restaurante tuve el gusto de conocer a la señora por pocos minutos, pues se les había hecho un poco tarde para la reunión de ese día por la tarde-noche. Tenía ganas de conocer a la señora porque me fascinó su historia.

Otra de las experiencias que tuve fue con un señor (jubilado de TELMEX) quien había cumplido por esos días sus 75 años de vida. El señor me comentó que tenía ganas de escribir su historia de vida, solo que no tenía ni idea de cómo le podía hacer: “Aparte, no hablo mucho Richard”.

Le expliqué mi forma de trabajar por medio de los dictados, en eso nos pusimos de acuerdo para comenzar al día siguiente. El señor prefirió contarme su historia de vida en el Hotel Best Western Santorin, en lo que tomábamos un café en el restaurante.

Otra persona (político) le pareció mejor que el trabajo se realizara en el patio de su casa, bajo la sombra de los árboles.

Actualmente estoy redactando un libro para un médico cirujano, el señor rebasa los ochenta años de edad.  Hemos trabajado contentos en ese proyecto hasta el momento, aunque para podernos entender han tenido que pasar un par de meses, pues la experiencia me dice que tiene que haber empatía, una buena comunicación, confianza, sobre todo mucho ánimo para que no decaiga el trabajo que a veces nos puede llevar entre seis meses o un poco más.

El final de todo este esfuerzo se ve reflejado en la impresión y presentación de un libro.

Correo electrónico: saritahdz73@hotmail.com

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.