Pruebas de impresión
El día de ayer me di una vuelta por la imprenta. Desde hace días le había comentado a Margarita que me imprimiera unas hojas en tamaño carta para valorar la calidad de impresión de las imágenes, pues se corre el riesgo de que no se vean bien una vez que ya se ha impreso el libro.
Mi intención fue que se imprimiera una hoja en tamaño carta de una imagen en blanco y negro para ver si no salía descolorida o si tendría buen color.
La primera muestra no me gustó mucho, ya que se veía ligeramente borrosa. Margarita me habló, si mal no recuerdo, que esa impresión se había hecho en escala de grises. “Te voy a imprimir otra a color, pero en blanco y negro”. De momento no le entendí muy bien que digamos a ese juego de palabras; lo que yo quería saber más allá de esa explicación, era cerciorarme de que la prueba me convenciera.
El lugar de trabajo donde nos encontrábamos nosotros está ubicado en la planta alta de un edificio, más que edificio diría que es una casa antigua. En su interior hay un espacio amplio donde se puede caminar sin ningún problema. Casi en el centro se encuentra la mesa de trabajo de Margarita; frente a ella, al otro extremo, he visto sentada a una señorita que viene siendo la diseñadora gráfica. En la mesa de trabajo hay computadoras e impresoras donde mandan a imprimir documentos varios.
La máquina donde Margarita manda a imprimir las hojas para los libros se encuentra atrás de ella, junto a una pared, ahí es donde nos encontrábamos nosotros haciendo pruebas de impresión.
La segunda prueba a color, pero en blanco y negro (como lo había explicado Margarita) salió mucho mejor, el rostro de las tres personas que salen en la imagen se ven perfectamente; en cambio, en la anterior impresión (escala de grises) se veían un poco borrosos. El fondo es de color gris en la imagen, solo que ese gris se aprecia mejor a color y no en escala de grises.
Le comenté a Margarita que me quedaba con la segunda prueba a color, que no se le olvidara a la hora de que mandemos a imprimir el primer borrador del libro del médico Gerardo.
El médico también ha andado preocupado por las futuras impresiones de su libro, pues en cierta ocasión me dijo: “Oye Ricardo, ¿a poco a sí se van a ver las páginas de los libros, todas descoloridas?”
Le expliqué que la hoja que tenía entre sus manos se había mandado a imprimir en una papelería, que en la imprenta deberían salir de mejor calidad.
Cuando le comenté a Margarita lo que me había preguntado el médico y la respuesta que le di, ella me contestó: “Pues en teoría debe ser así, Ricardo. También depende mucho de que las imágenes estén bien claras”.
Mientras estábamos en una sesión de dictados, el médico colaboró conmigo al sugerirme: “Oye Ricardo, en caso de que mandemos a imprimir el primer libro y no se vean bien algunas imágenes, pues hay que volver a tomarles otras fotos más hasta que salgan bien”.
Me gustó esa actitud de solidaridad, porque el trabajo tiene que hacerse en equipo, yo no lo sé todo, claro está, y él en lo poco o mucho que pueda colaborar para la realización de este trabajo, está más que perfecto.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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