Una interesante historia de vida
Hace aproximadamente como dos años un amigo me comentó que su mamá estaba escribiendo su historia de vida, que cuando la terminara me iba a hablar él para que yo la revisara, de ser posible que la editara para poderla imprimir.
Como ya tenía tiempo de ese comentario se me había olvidado el asunto, aunque hace como dos meses mi amigo me sorprendió al enviarme un mensaje por WhatsApp a través del cual me explicó que su mamá ya había terminado de escribir su historia; me preguntó que si me podía enviar el documento por correo electrónico. Le respondí que por ese medio no, mejor que lo hiciera por WhatsApp para descargarlo directamente en la computadora.
REVISIÓN DEL DOCUMENTO. Lo primero que consideré necesario fue revisar el contenido de forma general, cómo venía estructurada la historia. Una vez revisada me di cuenta que la historia estaba escrita de forma cronológica, es decir, conforme fueron sucediendo los hechos en cada etapa de la vida de la autora, aparte, cada historia llevaba un título.
Cuando comencé a leer el primer tema para su revisión, me topé con repetición de palabras y conjunciones, por ejemplo: yo, pero, aún, entonces, y, muy; entre otras más.
El empleo del “Yo” fue muy notorio. Por lo regular, cuando nos expresamos en primera persona existe le tendencia a poner el “Yo”: yo estuve, yo hice, yo le dije, yo estaba ahí, etcétera. Para quienes han leído algunos libros de redacción se habrán dado cuenta que no se trata de evitar a toda costa el uso, sino el abuso de esas palabras. Se dice que no se ve bien que al inicio del renglón se empiece con un “Yo”; en cambio, cuando va entre palabras, no se ve tan mal. En lugar de “Yo estuve”, se puede decir: “Estuve yo”.
Tuve que limpiar el texto donde consideré necesario hacerlo, ya que no siempre se deben eliminar ciertas palabras, pues llegan a formar parte del lenguaje del autor o autora de la obra, o son las que le llegan a dar sentido a lo que se está diciendo.
Fue un trabajo de redacción y edición, pues al terminar de revisar el contenido me di a la tarea de poner el índice, números de páginas, márgenes, incluso, diseñé la portada y contraportada.
CON RESPECTO A LA HISTORIA. Quiero comentarles que la historia me gustó mucho, sobre todo porque la autora habla de la pobreza que vivió de niña; nos narra la experiencia de haber tenido un padre cariñoso, de cuando lo veía tejiendo con palma las sillas que después lograba vender.
Hace unos días le hablé por teléfono a Margarita, la encargada de la imprenta, le pregunté si ya habían impreso los libros de mi amigo. Me respondió que estaban en eso, enseguida me dijo: “Oye Ricardo, leí unos capítulos del libro y me gustó mucho; no sé cómo explicarte lo que pienso, pero me gustó”.
A mí también me agradó leer la historia. Le comenté a mi amigo que su mamá había escrito una historia que valía la pena que todo el mundo se enterara, porque ha sido capaz de transmitir un mensaje de amor, de esperanza, de humildad. Esperemos que así sea, que la mamá de mi amigo nos dé la sorpresa de poder compartir su historia de vida cuando presente su libro.
Correo electrónico: saritahdz73@hotmail.com
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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