Del sustantivo a la oración compuesta
La pregunta que me hice hace unos días con respecto a la construcción de oraciones, me ha servido como punto de partida para una investigación, tal vez no sea una investigación exhaustiva, no creo; pero sí como para darme la oportunidad de poder entender parte de este proceso en el aprendizaje del lenguaje donde la gramática o los gramáticos juegan un papel fundamental para explicar cómo y por qué de estos movimientos sintácticos.
¿Por qué algunas personas no sabemos cómo se llaman ni cómo se construyen ciertas oraciones compuestas, las cuales en una conversación normal las formulamos mentalmente sin ningún problema?
Lo anterior me lleva a recordar en cómo desde niños vamos aprendiendo a usar las palabras, sobre todo en los primeros años de vida, ya que en nuestro entorno familiar es el lugar perfecto donde nos enseñan a usar el lenguaje oral, no precisamente el escrito. También nos enseñan a reconocer sustantivos (sujetos) antes que adjetivos o el predicado.
Mi hermana, por ejemplo, le decía a su hija de apenas un año de edad: “Mesa”, y le señalaba una mesa. La niña, por su parte, intentaba repetir el sonido de esa palabra. Poco a poco mi hermana le fue enseñando otros sustantivos: “Casa”, “lápiz”, “muñeca”, “mamá”, “tía”, “abuelita”.
En ese proceso de aprendizaje cuando somos niños, nuestros padres nos van enseñando a unir palabras por medio de artículos: “La casa”, “El lápiz”, “La muñeca”.
Una vez que mi sobrina entró a la escuela primaria, ya como en cuarto año intentaba leer lo mejor que podía, incluso, su forma de preguntar y de conversar cambió notablemente. Hasta cierto punto ella era capaz de entender lo que se le preguntaba o lo que se le decía que hiciera. En sociedad, la niña se podía desenvolver perfectamente.
Otra de mis hermanas le enseñaba a la niña a repetir palabras correctamente, o le decía cómo debería de preguntar. En este caso la ‘repetición de palabras’ fue una buena estrategia de aprendizaje.
Ahora, si nos vamos a la práctica de la escritura, no se puede decir que todo anduviera muy bien que digamos, pues la falta de comprensión sobre ciertas palabras era evidente.
En esta parte del aprendizaje de la niña pude observar que había una gran diferencia entre el uso del lenguaje oral, con respecto al lenguaje escrito.
Me daba cuenta de ello porque la mamá de la niña me decía de vez en cuando que le enseñara a mi sobrina a leer, ya que, según mi hermana, la niña no sabía leer bien ni entender algunas palabras.
Esta falta de comprensión de palabras no es propia de los niños, también se da en los adultos. Si nos damos cuenta, en el lenguaje oral nos podemos defender con mucha facilidad, en cambio en la escritura es donde se nos complica el asunto, porque se dice que no se debe escribir como se habla. Pero ¿cómo hablamos? ¿Cómo construimos las oraciones compuestas?
Tal vez no se deba escribir como se habla, pero es de admirarse que la mayoría de las personas nos podamos desenvolver en sociedad, y al mismo tiempo seamos capaces de construir mentalmente oraciones compuestas cuyos nombres son difíciles de memorizar, ya sea porque no las hemos estudiado o porque nadie nos ha dicho que existen.
Apenas terminé de leer el primer capítulo del tomo número 3: “GRAMÁTICA DESCRIPTIVA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. ENTRE LA ORACIÓN Y EL DISCURSO”. La obra está dirigida por Ignacio Bosque y Violeta Demonte. El autor del primer capítulo que acabo de leer se llama: Ángel López García. El título de su colaboración es: RELACIONES PARATÁCTICAS E HIPOTÁCTICAS.
A través de este artículo nos podemos dar cuenta cómo comenzamos a aprender de niños; el empleo del lenguaje en el uso popular y en el culto, es decir, cómo en ciertos contextos se emplean las oraciones coordinadas, y en otros, las subordinadas.
Lo que pude entender es que el uso de las oraciones subordinadas las emplean las personas con cierta preparación profesional o educativa, en comparación con el uso de oraciones coordinadas que se usan más en el uso popular. Considero que es una buena observación, porque de esta manera nos podemos dar cuenta cómo escribimos, o sea, qué tipo de oraciones empleamos en nuestros escritos, si por medio de las oraciones coordinadas o de las subordinadas.
Todavía hay mucho que aprender sobre oraciones.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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