No hace mucho tiempo me plantee unas preguntas las cuales me han puesto a trabajar la mente: ¿hasta cuántas oraciones se pueden construir en el idioma español? ¿Por qué cuando hablamos con alguien somos capaces de hacerlo por medio de oraciones complejas de las cuales la mayoría de ellas desconocemos cómo se llaman o cómo se construyen? ¿Alguna vez hemos intentado saber qué tipo de oraciones son las que usamos normalmente en nuestros escritos?

Las preguntas surgieron en la medida en que fui estudiando la construcción de la oración simple, las oraciones compuestas por yuxtaposición, por coordinación con nexo y sin nexo; entre otras, las oraciones de relativo.

Me parece interesante saber cómo se construyen las oraciones porque con ellas nos comunicamos, y por supuesto, no empleamos únicamente oraciones simples: sujeto, verbo y complemento. Esto es lo curioso, pues en el habla normal conversamos en nuestro idioma y somos capaces de poder entender lo que nuestro compañero o compañera nos está diciendo.

Las oraciones que empleamos normalmente en el lenguaje oral están bien diseñadas como para ser entendidas en un diálogo.

Pero si alguien nos pregunta, por ejemplo: ¿quién te enseñó a hablar por medio de oraciones coordinadas? O, ¿por qué usas mucho la yuxtaposición en tus escritos? Lo más probable es que no tengamos una respuesta inmediata.

En ocasiones decimos de alguien “Es que habla muy bonito”, así como también nos expresamos de un escritor o columnista “Me encanta cómo escribe”.

Si reflexionamos un poco en el que habla muy bonito, y nos cuestionamos qué tipo de oraciones son las que construye esa persona, hombre o mujer, para que a la gente le guste lo que dice, ¿por dónde se supone que debemos comenzar por investigar?

En ocasiones las personas usan alguna red social para expresarse, o lo hacen por medio de una columna periodística, aunque no sería el mismo estilo que escuchamos de ellas en una conversación, nos serviría de mucho saber cómo escriben para investigar qué tipo de construcciones emplean para comunicarse con sus semejantes.

El hecho de que alguien hable bonito no nos dice nada para quien intenta aprender de esa persona cómo usa el lenguaje. Pudiera ser que esa persona en realidad sí tenga un conocimiento real y profundo sobre el manejo del idioma. Pongo como ejemplo al gramático Ignacio Bosque, quien tiene un perfecto dominio del idioma español, entre otros lenguajes que también domina. 

Estamos abriendo una nueva interrogante: ¿para qué investigar qué tipo de oraciones usa tal o cual persona? En este caso, porque podríamos estar metiéndonos en el terreno del éxito o fracaso del mensaje de una persona, ya sea que este mensaje sea oral o escrito.

Habría que seguir investigando para dar con las respuestas correctas. Por ejemplo, podríamos decir que X persona se comunica por medio de frases cortas, por eso es exitosa en sus conversaciones; o de aquella que lo hace por medio de frases largas, por eso es aburrida; aquella otra persona se comunica a través de oraciones coordinadas con nexo, por eso todo mundo la entiende.

En Facebook encontré un dato que nos puede ayudar a resolver una incógnita. Alguien compartió información donde se menciona a Noam Chomsky, autor del libro “El conocimiento del lenguaje”. En esa breve explicación sobre el contenido general de la obra, se menciona que la teoría explica “cómo es que los seres humanos son capaces de producir un número infinito de oraciones […]”.

De ser esto así, ¡se imaginan cuántas oraciones tendríamos que estudiar y por cuánto tiempo?  ¡Qué interesante descubrimiento!

Podemos suponer que no existe el mismo interés entre aprender a hablar bien y escribir mucho mejor, ya que se ha dicho en algunos libros que la escritura exige estudio y constante preparación, en comparación con el lenguaje oral.

Por ello, se vuelve necesario conocer nuestro idioma lo más que se pueda, no tanto las palabras, sino la sintaxis, la combinación de esas palabras; cómo se construyen las oraciones para expresarnos mejor.

En el Manual de la Nueva Gramática de la Lengua Española se invita a que los lectores hagamos conciencia de las posibilidades expresivas que tenemos; de las estructuras lingüísticas, así como de la riqueza patrimonial con la que contamos.

En la medida en que nos planteemos dudas sobre cómo se usa el lenguaje, iremos encontrando las respuestas en el camino, a veces es necesario dudar para poder aprender, para avanzar en el proceso de la comunicación. 

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.