Así como hemos visto que un texto debe llevar un orden en su estructura, las palabras en una oración no son la excepción. Voy a acudir a las enseñanzas de nivel primaria y secundaria para lo que voy a intentar explicar con respecto al orden o estructura que deben llevar las palabras en una oración simple.

Se nos ha enseñado que la oración simple se compone de sujeto, verbo y predicado; esta estructura la modificamos siempre que hablamos o escribimos, es decir, si decimos, por ejemplo: LUIS COMIÓ UN PAN POR LA MAÑANA esta oración la podemos analizar de esta manera:

Sujeto: Luis

Predicado: comió un pan por la mañana

Verbo: comió

Complemento directo: un pan

Complemento circunstancial de tiempo: por la mañana

Esa misma oración la podemos escribir de esta otra forma: POR LA MAÑANA, LUIS COMIÓ UN PAN; o de esta otra manera: UN PAN COMIÓ LUIS POR LA MAÑANA.

En cualquiera de estas tres formas se entiende lo que queremos decir; en cada una de ellas se ha modificado su estructura. La oración se puede ir alargando si añadimos más palabras. La idea que empezó en una oración simple con un solo verbo, va pasando a ser un conjunto de oraciones complejas con más de dos verbos, hasta convertirse en un texto como unidad.

Ahora, es importante mencionar que se nos ha enseñado que un adjetivo debe estar cerca del sustantivo, pero no tan lejos de él. Si decimos: LA CASA DE LUIS QUE ESTÁ COMO A CINCO CUADRAS, ES AZUL. Esa misma oración puede escribirse así: LA CASA AZUL QUE ESTÁ COMO A CINCO CUADRAS, ES DE LUIS. Otra forma sería como sigue: ES DE LUIS LA CASA AZUL QUE SE ENCUENTRA COMO A CINCO CUADRAS. 

En este caso lo que se pretende explicar es saber que el adjetivo no debe estar tan lejos del sustantivo: casa (sustantivo), azul (adjetivo). En ocasiones hay líneas del párrafo que no se entienden, su autor intenta explicar algo, pero ese algo no está muy claro porque pudiera ser que el orden como escribió las oraciones alteró el sentido de lo que trató de comunicar.

Una oración se puede ir alargando poco a poco, pasa de ser una oración simple a un conjunto de oraciones complejas por su estructura, pero tan sencilla como para entenderse. Vamos a seguir con Luis en el siguiente texto:

Luis es un niño inteligente, estudioso y muy alegre. Por la mañana se comió un pan y se tomó un vaso de leche antes de irse a la escuela.

María, su madre, suspira siempre que lo despide con un beso en la frente antes de que el pequeño arranque a correr con su mochila sobre su espalda. Los suspiros de María tienen una razón de ser, pues pronto entrará su hijo a la secundaria.

Si nos ponemos a buscar una mejor manera de presentar la idea estoy seguro que vamos a tener que cambiar de posición algunas palabras del primer o segundo párrafo, quitar o poner otras, porque una idea debe ser tan clara como para que la estructura del texto soporte todos los párrafos, de principio a fin.

Pero si vemos que no hay necesidad de mover nada porque se entiende de lo que se está hablando, entonces se debe continuar con la redacción. En el ejemplo anterior podemos seguir alargando el texto para que termine en una gran historia. 

Lo que no se nos debe olvidar es la estructura de una oración, porque a partir de ahí vamos a ir tejiendo más oraciones; la idea o el tema se tiene que ir tejiendo poco a poco hasta llegar a su final.

Sucede que no siempre el sujeto va al principio, también se puede comenzar con un verbo como se hace en periodismo. Por ejemplo: Cae hombre del segundo piso.  Aquí se emplea el verbo “Caer” como inicio de la oración. En cambio, en una explicación normal decimos: un hombre se cayó del segundo piso. Lo que importa es que el orden de la oración se entienda sin ningún problema, pues como hemos intentado explicar, si una palabra no está bien colocada en la oración, puede alterar el sentido del mensaje.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.