Los males de México…
La inseguridad y la violencia que se registra en varias regiones del país, traen consigo múltiples problemas físicos, económicos y psicológicos que afecta a la población, lo que provoca depresión, angustia, ansiedad y en algunos casos conductas más violentas y autodestructivas.
La violencia y la inseguridad es un problema que va a escala mundial y afecta la salud física y emocional de las víctimas.
La inseguridad y la violencia trastocan la economía de una localidad, región y país, afectando principalmente a la población vulnerable, su autonomía y la autoestima.
Un sector de la ciudadanía del país hoy vive dependencia emocional, depresión y ansiedad, variables psicológicas que actualmente surgen cuando son víctimas de violencia.
La inseguridad y la violencia propicia factores psicosociales de riesgo que tienen que ver con el bajo nivel socioeconómico, el desempleo, el aislamiento social, las experiencias de violencia, el consumo de sustancias adictivas y la migración.
La violencia se puede ejercer mediante agresiones físicas, coacción sexual y maltrato psicológico.
La depresión puede estar "oculta" detrás de comportamientos adictivos y de riesgo, así como irritabilidad e impulsividad.
Se trata de conductas que limitan la autonomía y afectan la salud física y emocional de las víctimas.
El 30% de las mujeres que ha tenido una relación de pareja ha sufrido algún tipo de violencia de pareja o violencia sexual.
La violencia es el reflejo de condiciones y problemáticas sociales, su solución requiere de un tratamiento complejo de los tres órdenes de gobierno, organizaciones, población, y va más allá de acciones que incluyan a todos, iniciando desde la familia.
La violencia y la inseguridad son problemas complejos, que representan “el reflejo de la descomposición de la sociedad, en el marco de un Estado de Derecho Débil, una estructura socioeconómica incapaz de satisfacer las necesidades básicas de la población y una ruptura del tejido social que desencadena la lucha por espacios alternos de sobrevivencia y reorganización sociopolítica.
En ese sentido, no se puede hablar ni tratar la violencia y la inseguridad de manera aislada, sino que requiere de un trabajo en equipo y en conjunto entre el sector público y el privado, entre comportamientos colectivos e individuales, así como también, entre ambientes familiares y la sociedad.
Del 12 al 18 de octubre del 2023, se presentaron en los Centros de Salud Mental de la Secretaría de Salud en todo el país 122 mil 858 casos de depresión, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico Nacional.
Durante el 2022, la cifra fue menor en la misma semana con 103 mil 957 diagnósticos, un aumento de 18 mil 901 de un año a otro.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en el apartado de Sintomatología Depresiva en Adolescentes y Adultos, publicada el 16 de junio del 2023, señaló que en adolescentes el puntaje promedio fue de 3.2 por ciento en dichos síntomas.
Asimismo, la encuesta señaló que el 16.7 por ciento de los adultos tiene sintomatología depresiva, siendo más común en adultos mayores (38.3 por ciento) que en adultos (11.3 por ciento).
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición también indicó que en México, de los trastornos de ansiedad, el 50 por ciento se presentaron antes de los 25 años, en cuanto a los casos de depresión, la mitad lo hizo entre los 20 y los 30; la esquizofrenia en hombres, entre los 15 y los 25, y en mujeres, entre los 25 y los 35 años.
Las personas con trastorno de ansiedad presentaron la mayor brecha, pues el 85.9 por ciento, no fueron atendidos, le siguieron con el 83.7 por ciento la fobia social, con 76.6 por ciento el abuso de alcohol, con 73.9 por ciento la depresión, con 73.6 por ciento el trastorno maniaco y, la de menor brecha de atención fue el trastorno por pánico, con 70.1 por ciento.
En julio de 2023, del total de la población adulta, 3.7 % presentó un balance anímico negativo; 23.5 % presentó un balance positivo, pero menor a cinco y 72.8 %, un balance mayor a cinco.
En promedio, el balance anímico de la población adulta registró un valor positivo de 6.4. Este balance tuvo a ser mayor en los hombres que en las mujeres, con niveles de 6.6 y 6.2, respectivamente.
En julio de ese año, en una escala de 0 a 10, la población adulta urbana calificó qué tan satisfecha se encontraba con su vida: el valor promedio fue de 8.3.
Aun así, el 9.7 % de las personas de 18 y más años se encontraron insatisfechas (con calificaciones entre 0 y 4) o poco satisfechas con la vida (5-6), es decir, por debajo del umbral a partir del cual se consideró que la población se encontró moderadamente satisfecha (43.5 % califican entre 7 y 8) o satisfecha (46.8 % califican con 9 y 10).
En julio de 2023, se obtuvo un valor promedio de 8.3 en el reporte de satisfacción con la vida en general de la población adulta, igual que el nivel de julio de 2022 y una décima arriba de julio de 2021.
En cuanto a la brecha entre hombres y mujeres, de nueva cuenta, los hombres presentaron un nivel de satisfacción superior al de las mujeres: 8.4 frente a 8.3, respectivamente.
El núcleo familiar es necesario e importante, porque, en él, se aprenden distintos valores, tradiciones, costumbres; identificamos responsabilidades y obligaciones; en todo momento está presente la educación, formación y desarrollo personal, psicológico, social y físico de los individuos que la integran.
Sin embargo, no todas las personas tienen la posibilidad de crecer dentro de un entorno familiar sano o, quienes lo hacen, y éste se fractura, se ven en la necesidad de separarse de sus familias, porque no encuentran las bases necesarias para subsistir, es ahí en donde se pone en riesgo la integridad física, mental y emocional.
En ese sentido, por un lado, cuando se presenta una ruptura en el núcleo familiar, que algunas veces comienzan por conflictos financieros, de confianza, los expertos consideran que las fracturas familiares, a menudo, dan lugar: angustia emocional y física duradera; estrés crónico; ansiedad o depresión, que desatan o empeoran enfermedades como diabetes e hipertensión lo que disminuye el periodo de vida de la persona.
De acuerdo al informe del 2º Diagnóstico Operativo de Salud Mental y Adicciones México del 2022, la población en el país al 2020, se estimó en un total de 127.7 millones de mexicanos (3 millones más que en 2018) de los cuales el 51.0% del sexo femenino y 49.0% masculino, similar a cifras del 2019.
El 45.5% de la población total cuentan con derechohabiencia de la seguridad social y el 54.5% sin ese beneficio.
Se estimó una prevalencia anual de trastornos mentales y adicciones de casi una quinta parte de la población total.
No obstante, las personas afectadas no presentaron esos padecimientos en la misma intensidad, sino que estos pueden ser trastornos leves en 33.9% de los casos, moderados 40.5% y el 25.7% trastornos graves o severos
Los trastornos más frecuentes fueron Depresión en 5.3% de la población, seguido de trastorno por consumo de alcohol 3.3%, y trastorno obsesivo compulsivo 2.5%).
En relación con la brecha de atención o tratamiento, en promedio el 81.4% de las personas no recibieron la atención apropiada, por tipo esta brecha en las personas con trastorno de ansiedad presentaron la mayor brecha con 85.9%, seguido de 83.7 en fobia social, 76.6% abuso de alcohol, 73.9% depresión, 73.6% trastorno maniaco y con menor brecha 70.1% por trastorno de pánico.
La Organización Mundial de la Salud estima que, en países de ingresos bajos y medios, entre 76 y 85% de la población con desórdenes mentales carece de acceso al tratamiento necesario.
En México, una de cada cinco personas con un trastorno psiquiátrico en los últimos 12 meses recibió algún tipo de atención para este problema y más de 75% de los casos graves y moderados entre adultos no recibieron atención médica o psicológica por la carencia de acceso.
Los expertos han advertido que cuando la violencia se convierte en parte del medio ambiente, la posibilidad de reconocerla disminuye y, por lo tanto, es introyectada por quienes la viven como algo natural; para advertirla, es necesario que aumente, sólo se reconoce en su nueva expresión.
De esta manera la violencia, se vuelve una problemática aún más compleja de erradicar, ya que se ha convertido en parte del ambiente social y vida cotidiana.
En este informe sobre el diagnóstico operativo de salud mental y adicciones del país, de la revisión descriptiva de recursos y servicios se puede concluir que es de esperar en la población una prevalencia anual de alrededor de 19.9% personas con algún trastorno mental y adicciones, y que cerca de 5% de la población presentará un trastorno severo, que requerirá de una atención oportuna, disponible, accesible y de calidad. No obstante, en diversos estudios se ha estimado una gran brecha de atención y ligado con esto la demora en recibir una atención adecuada.
Según la OMS, las personas con trastornos mentales no tratadas, son el 13% del total de la carga de morbilidad mundial, específicamente la depresión, que ocupa el tercer lugar de las causas de enfermedad, siendo de mayor impacto en los países de ingresos medios, como México y que de no actuarse, en 2030 se estima el problemas será la principal causa de morbilidad.
La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México, señaló que el 28.6% de la población adulta padecerá algún trastorno mental alguna vez en su vida, estando entre los tres más relevantes los trastornos de ansiedad (14.3%), por consumo de sustancias (9.2%) y afectivos (9.1%).
Estudios en el país han documentado la prevalencia de trastornos mentales que padece la población: entre 2001 y 2022, 9.2% de la población tuvo un trastorno depresivo en la vida y 4.8% en los doce meses previos, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP).
Actualmente el país registra un panorama de problemas principales de salud mental como son los trastornos afectivos y emocionales, tales como, depresión, ansiedad y suicidio.
Otros son los asociados al consumo de sustancias, los problemas del desarrollo infantil, tales como Trastorno por Déficit de Atención.
Muchas circunstancias vitales pueden resultar estresantes y afectar la salud mental.
El planeta está sujeto a guerras, violencia, inseguridad, cambio climático, pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y del agua, pandemias que han provocado un reto global, no solo para la salud física, sino también para la salud mental.
Así las cosas…
Y Usted, Qué Opina..?
Nos vemos en la próxima..
Carlos Álvarez
Analista y Auditor. Consultor Externo. Certificado ante el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).
Libros publicados: “El Tamaulipas y el México que Anhelan los Jóvenes para el Siglo XXI”, “El Gran Juicio” y “El Lago Encantado y el Maravilloso Pueblo Azteca”. Escribe en varios medios de comunicación del Estado.
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