México hoy en día vive difíciles momento por sus índices de delitos que ha afectado a familias y comunidades enteras.

Desde Chiapas, Guerrero, Monterrey, Oaxaca, Jalisco, Zacatecas, Sonora, Sinaloa, Guanajuato hasta San Luis Potosí, y que decir de Reynosa, Celaya, Michoacán, Zacatecas, no hay comunidad y ciudades del país que esté libre de crímenes, asaltos y robos.

La crisis de valores, económica, así como el alza de consumo de alcohol y drogas sintéticas son algunos de los múltiples factores que tienden a inducir al delito.

Lo preocupante del asunto, es que las mujeres son más susceptibles y tienen mayor riesgo de sufrir violencia en una sociedad convulsionada que por el simple hecho de ser mujer es motivo de múltiples discriminaciones y donde el envejecimiento está cargado de connotaciones negativas y tienen más dificultades para denunciarla y pedir ayuda.

Las mujeres que han sufrido violencia, independientemente de si ésta se dio en la niñez o en la etapa adulta, tienen mayores riesgos de padecer depresión, ansiedad, estrés, dolor y fobias.

Asimismo, son más propensas al abuso de sustancias y a desarrollar conductas negativas con respecto a su salud.

El abuso físico y sexual incrementa el riesgo de que se arreste a las mujeres por actos violentos. Además, se pueden presentar mecanismos de desviación, como huir del hogar, déficits en la habilidad cognoscitiva y el aprovechamiento, involucramiento con parejas delincuentes y fallas en el aprendizaje de las habilidades psicológicas necesarias para un desarrollo adulto positivo y adecuado.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, los delitos más frecuentes

fueron fraude, con una tasa de 5, 770, seguido por robo o asalto en calle o transporte público, con 5, 689 y extorsión con 5 mil 056.

En 2023, 60.5 % de la población de 18 años y más consideró la inseguridad como el problema más importante que le aqueja, seguida de aumento de precios, con 44.1 % y la salud, con 30.5 por ciento.

En 2022, 27.4 % de los hogares en México tuvo, al menos, una o uno de sus integrantes como víctima del delito.

El INEGI estimó que 10.5 millones de hogares (27.4 % del total del país) tuvieron, al menos, una o uno de sus integrantes como víctima del delito. Este porcentaje es estadísticamente menor al de 2021.

En cuanto a delitos sexuales, las mujeres fueron las más vulneradas, con una tasa de incidencia de 3, 470 delitos por cada 100 mil, cifra estadísticamente inferior a los 3 mil 935 delitos estimados en 2021.

La tasa para este tipo de delitos entre los hombres fue de 330 por cada 100 mil. En otras palabras, se contabilizaron 11 delitos sexuales contra mujeres por cada delito sexual contra hombres.

En 2022 se registraron 21 mil 675 mujeres y 23 mil 648 hombres víctimas por cada 100 mil habitantes.

Asimismo, ocurrieron 26.8 millones de delitos. De estos, 92.4 % no se denunció o la autoridad no inició una carpeta de investigación. Este subregistro se denomina cifra negra.

El número de víctimas de 18 años y más fue de 21.1 millones, equivalente a una tasa de 22 mil 587 víctimas por cada 100 mil habitantes (prevalencia delictiva). Las tasas de prevalencia por sexo fueron de 21 mil 675 para las mujeres y de 23 mil 648 para los hombres.

Por otra parte el Censo Nacional de Sistemas Penitenciarios en los Ámbitos Federal y Estatal del 2023 destaca que el 2022 registró 226 mil 077 personas se encontraron privadas de la libertad/ internadas en los centros penitenciarios federales y estatales (224 mil 766 adultos y mil 311 adolescentes).

De este total, 18, 976 (8.4 %) correspondió al ámbito federal y 207 mil 101 (91.6 %) al estatal.

Además, 94.4 % fueron hombres y 5.6 %, mujeres. Con respecto a 2021, se registró un aumento de 2.6 % en el total de la población privada de la libertad/ internada.

 Y por si fuera poco, algunos delitos de alto impacto del fuero federal y común como es el caso del secuestro y robo, están siendo cometidos por el sector femenil en varias regiones del país.

 A nivel nacional el número de personas privadas de la libertad/ internadas en los centros penitenciarios y centros especializados fue de 174 por cada cien mil habitantes. Para hombres, la tasa nacional fue de 335 y para mujeres de 19.

Al cierre de 2022, se reportó que las personas adultas privadas de la libertad y personas adolescentes internadas cometieron 340 mil 776 delitos por los cuales se encontraban en los centros; 18 976 (5.6 %) correspondió al ámbito federal y 321 800 (94.4 %) al estatal. Del total, 321 mil 777 (94.4 %) fueron cometidos por hombres y 18 mil 999 (5.6 %), por mujeres.

Cabe destacar, que en comparación al año 2021, en 2022 la tasa de prevalencia disminuyó en siete entidades federativas, aumentó también en siete y no tuvo cambios en 18.

Durante el 2021, en el caso de las mujeres adultas privadas de la libertad y adolescentes internadas, en los centros penitenciarios federales Secuestro con 426 delitos de mayor frecuencia, mientras que, en los centros penitenciarios estatales y centros especializados, fue Robo con un registro de 5,105.

Las entidades federativas con mayor prevalencia delictiva tanto en hombres como en mujeres fueron estado de México con un total de 34 mil 693 hombres y 28 mil 215 mujeres y Ciudad de México fueron 32 mil 661  hombres y 31 mil 178 mujeres.

En contraste, la menor prevalencia delictiva se registró en los estados de: Chiapas, con 14 mil 111 y Veracruz, con 17 mil 129.

El reporte del año 2022 en el tema de personas privadas de la libertad e internadas, según edad y sexo, correspondiente a mujeres de 30 a 34 años se tuvo un registró del 18.6 por ciento; mientras que por sexo masculino fue del 18.5 por ciento.

En rango de 45 a 49 años las mujeres reportaron el 9.5 por ciento, mientras que en el caso de hombres fue de 8.9 por ciento.

De 40 a 44 años, las mujeres reportaron el 12.6 por ciento, mientras que en el caso de hombres fue de 12.4 por ciento.

En edades de 35 a 39 años, las mujeres reportaron el 16.1 por ciento, mientras que en el caso de hombres fue de 15.9 por ciento.

En rangos de edades de 30 a 34 años, las mujeres reportaron el 18.6 por ciento, mientras que en el caso de hombres fue de 18.5 por ciento.

Correspondiente de 25 a 29 años las mujeres reportaron el 18.0 por ciento, mientras que en el caso de hombres fue de 19.1 por ciento.

En el caso de 18 a 24 años las mujeres obtuvieron el 14.1 por ciento; mientras que los hombres registraron el 12.4 por ciento.

En menores de 18 años, el resultado fue del 0.4 por ciento para mujeres y el 0.3 por ciento en hombres.

De acuerdo a un estudio elaborado por la Doctora psicoanalista  Elena Azaola Garrido cita que entre los factores que influyeron en la mujer adulta y joven privados de su libertad, el 62  por ciento registró que tenía padres separados, el 60 por ciento reportó que tenía uno o varios familiares que habían estado en prisión; el 43 por ciento había abandonado su casa temporal o definitivamente; 31 por ciento había dejado su casa por problemas familiares; 22  por ciento no conocía a su padre; 40  por ciento había sufrido maltrato físico frecuentemente; 34 por ciento había sufrido insultos o humillaciones frecuentemente; 12 por ciento había sufrido abusos sexuales; 57 por ciento vivió con adultos que consumían alcohol frecuentemente y el 30 por ciento vivió con adultos que consumían drogas frecuentemente.

En lo referente a nivel de escolaridad y condiciones socioeconómicas el 4 por ciento nunca fue a la escuela; 15 por ciento sólo cursó primaria incompleta; 17 por ciento cursó primaria completa; 28 por ciento cursó secundaria incompleta; 20 por ciento cursó secundaria completa; 16 por ciento cursó algún grado de la preparatoria;  53 por ciento dijo que no le gustaba la escuela; 51 por ciento calificó la situación económica de su familia como “regular”; el 31  por ciento calificó la situación económica de su familia como “mala” y dijo que en su casa no había comida suficiente;  89 por ciento habían trabajado antes de ser privados de su libertad y el 37 por ciento habían comenzado a trabajar antes de cumplir 12 años.

Las mujeres viven en una grave crisis y ello se está reflejado en el número de femeninas privadas de la libertad, de acuerdo a estudios realizados por la Unión Europea considera que algunos factores que afectan más a las mujeres sujetas a procesos de penalización, son el desempleo creciente, la precariedad laboral, la carencia de apoyos institucionales, la escasa educación, la carencia de ingresos, la desestructuración familiar, las familias monoparentales, la carencia de redes sociales, los procesos migratorios, el tráfico de drogas, la prostitución, la pertenencia a minorías étnicas, así como factores personales como son las variables críticas de edad y sexo, enfermedades, drogodependencias, violencia y malos tratos.

Otro factor es la violencia doméstica sufrida por las mujeres. Se destaca que las experiencias de violencia severa cometida a las mujeres, había marcado de forma decisiva sus vidas.

Y muchas veces su carrera delictiva inicia cuando abandonan el hogar tras haber sufrido violencia física o sexual.

Asimismo los lazos de dependencia entre las mujeres que han sido objeto de abusos establecen con sus parejas, dependencia que las conduce a un proceso de vida criminal en la cual muchas veces ellas participan para encubrirlos o como cómplices voluntarias.

El costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó solamente en el año 2022, un monto de 319.1 mil millones de pesos, lo que equivale a 8 mil 192 pesos, en promedio, por persona afectada.

Lo anterior se traduce en 1.08 % del Producto Interno Bruto (PIB). Las medidas preventivas representaron un gasto estimado para los hogares de 105.7 mil millones de pesos.

Las pérdidas por victimización representaron 213.4 mil millones de pesos.

En Comunicado de prensa número 20/24 de 18 de enero de 2024 el INEGI, informó en su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana 2023, que el 59.1 % de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad.  Durante diciembre de 2023, el 64.8 % de las mujeres y el 52.3 % de los hombres consideraron que es inseguro vivir en su ciudad.

Lo anterior debe llamar la atención para revisar los resultados de las políticas de seguridad en cada una de las entidades y las acciones encaminadas a otorgar protección y paz a la población por parte de las autoridades de todos los órdenes y niveles de gobierno, ya que sin duda este tema será un factor de decisión en las urnas el próximo 2 de junio.

Así las cosas….

Usted qué opina…?

Nos vemos en la próxima.

Carlos Álvarez

Analista y Auditor. Consultor Externo. Certificado ante el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).

Libros publicados: “El Tamaulipas y el México que Anhelan los Jóvenes para el Siglo XXI”, “El Gran Juicio” y “El Lago Encantado y el Maravilloso Pueblo Azteca”. Escribe en varios medios de comunicación del Estado.