Ciudades Victoria, Tamaulipas. - Apenas en diciembre del año pasado, Blanca Flores fue diagnosticada con cáncer de mama y “en ese momento que me dieron los resultados, sentí como el mundo se me vino abajo, pensé por un instante que moriría, que dejaría a mis padres, a mis hijos y esposo por esta enfermedad”.

Después de llorar por mucho tiempo, Blanca recordó que respiro hondo y decidió luchar por su vida, aunque de antemano sabía que el camino no sería fácil, “no puedo paralizarme por miedo, al contrario, pensé en mi familia y las ganas que tengo por vivir”.

Con esa filosofía de vida, esta mujer que no rebasa los 50 años decidió agarra el toro por cuernos.

“Empecé con el tratamiento, con mis quimios, en febrero me operaron el pecho derecho, me sacaron una biopsia y mi tumor media 26 milímetros, pero con las quimios se redujo, me operaron el 13 de septiembre estoy con radiaciones y aquí me tiene, echándole ganas y con fe”.

A pesar de que su mastectomía es reciente, Blanca se siente bien, agradecida con Dios y con todo el personal del Hospital donde se atiende.

“En mi camino he encontrado ángeles, que me ayudan a sobrellevar mi situación, ahí la llevamos, luchando contra el cáncer y confiada en que Dios y la virgencita no me dejaran.”

Recordó que cuando fue diagnosticada con cáncer de mama, en diciembre, “en un principio, uno siente como luego dicen, cuando oye uno cáncer piensa en la muerte, pero yo les digo a las personas que están como yo que no es así, no hay que pensar eso, hay que echarle ganas, en mi caso toda la familia, mi esposo que siempre me acompaña en el recorrido me hacen más fácil sobrellevar la situación, ¿Qué si es estresante? ¡Por supuesto! Pero no me queda más que seguir, tengo a mis padres, mis hijos, tengo fe y saldré adelante”.  

En el caso de Yolanda González Cifuentes, habitante del Poblado Ignacio Allende del municipio de Jiménez, el diagnóstico de cáncer de mama, como lo explica, “no fue casualidad, yo digo que Dios puso los medios porque pues a mí me insistieron y vine (a Victoria) hacerme la mastografía y desgraciadamente salí con eso”.

Pasaron cinco meses después de su diagnóstico y Yolanda fue intervenida quirúrgicamente apenas el pasado 5 de octubre, “estoy aquí y agradezco a Dios por una nueva oportunidad de vida, aquí estamos al pie del cañón, cambio mi perceptiva de vida, ahora lo que me importa es enfrentarlo con valentía y con deseos de vivir”.

Yolanda admite que aun llora mucho y recuerda como el doctor le dijo, “llora todo lo que quieras, grita, enójate, pero no está permitido rendirse, tu misión es vencerlo y seguir tu tratamiento al pie de la letra”, y eso es lo hago todos los días después de que en mayo me diagnosticaron el tumor en uno de mis senos, con Dios y mi familia lo lograre, describe la joven madre.

Afortunadamente en ambos casos, el cáncer se detectó a tiempo, ambas guerreras hoy asisten a sus citas médicas, a sus quimioterapias y si bien las dos sobrevivientes tienen el apoyo de sus respectivas familias.

“No está demás que busquen apoyo psicológico, porque esto es un cambio drástico que tiene que enfrentar una como mujer, es un antes y después”, comentó Yolanda.

Blanca y Yolanda recibirán una prótesis mamaria artesanal en la Unidad Médica Especializada de Detección y Diagnóstico de Cáncer de Mama (UNEME-DEDICAM).

"Es regresarnos un poco del autoestima que como mujeres enfrentamos todas la que hemos sido sometidas a una operación, solo les pido que se revisen, se chequen y no se conviertan en una estadística más, hay vida después de una mastectomía”, con voz entrecortada, pero fuerte, invitó Yolanda.