En cierta ocasión llegué por la tarde a un restaurante con la intención de tomarme un café y escribir un poco en la computadora, pero antes de hacer tales cosas me llamó la atención la presencia de un señor que en ese momento se encontraba solo, en una mesa, escribiendo en una iPad. ¿Qué de raro o interesante se podía ver en ese hombre de casi ochenta años de edad, vestido de forma casual, medio alto y robusto?

La primera y segunda ocasión que lo vi no me atreví a acercarme a él, tan solo preferí verlo a la distancia, pero a la siguiente oportunidad no aguanté la curiosidad por saber quién era ese señor que escribía en un iPad con mucha naturalidad. Luego de haberme presentado con él le inventé una mentira piadosa, le dije que un amigo quería saber dónde vendían una tableta como la que estaba usando. Después de mi pregunta, el señor me hizo la invitación con su mano izquierda para que me sentara frente a él, en su mesa.

Busqué la manera de saber su edad y qué tanto sabía sobre el uso del iPad. El señor no se molestó por las preguntas que le hice; mi presencia tampoco lo había inmutado. Había sido un catedrático exitoso, logró ocupar cargos administrativos importantes, sabía usar la computadora perfectamente, incluyendo el teléfono inteligente.

– ¿Y qué edad tiene, disculpe? –Lo había cuestionado sutilmente. –Tengo 79 años cumplidos –me explicó. Su actitud me decía claramente que estaba orgulloso de haber llegado a esa etapa tan importante de su vida.

Habían pasado solo un par de días de esa primera conversación cuando a lo lejos y en sentido contrario a mí venía corriendo un señor muy parecido al señor del iPad, pero como venía vestido de deportes no pude reconocerlo bien.

Cuando nos volvimos a encontrar en el restaurante le comenté que me había parecido verlo haciendo ejercicio por el estadio. El señor me confirmó que sí era él y que también practicaba la meditación.

El ejemplo del señor del iPad lo voy a enlazar con un comentario relacionado con las neurociencias. Veamos lo siguiente.

Las neurociencias afirman que sí usamos casi el 100 % de nuestro cerebro, hay neuroimágenes que lo comprueban. Se recomienda hacer gimnasia mental para activar ciertas zonas del cerebro, para estar más sanos y llegar a vivir un poco más de tiempo.

Entre las recomendaciones generales podemos mencionar: hacer ejercicio físico, meditación, tocar un instrumento musical, aprender idiomas, atreverse a descubrir cosas, o ser creativo para que eso nos mantenga ejercitando el cerebro.

Si nos damos cuenta, el señor del iPad ha estado poniendo en práctica algunas de estas recomendaciones, ¿no creen que por eso haya podido llegar a los ochenta años?

Considero que a ese señor lo que lo hace verse joven son las actividades que practica, los conocimientos que tiene sobre tecnología digital, algo verdaderamente increíble. Sobre todo –me ha confesado–, tiene veinte años de practicar la meditación.

A mí me gustaría llegar a la edad del señor del iPad, por eso he estado practicando parte de las recomendaciones de las neurociencias para mantener un cerebro sano y activo.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.