Ciudad Victoria, Tamaulipas. - El gerente general de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) de la Zona Conurbada, Francisco José González Casanova, subrayó que la protección de la que presumía el ex gerente Jorge Federico Rivera Schotte llegó a su fin, pues ahora es requerido por la autoridad ante las serias acusaciones que hay en su contra, toda vez que presuntamente y, junto con un grupo de colaboradores cercanos, tejió una red de corrupción.

De acuerdo con las auditorías externas que se han realizado al organismo operador del agua de Tampico-Madero, Rivera Schotte, “saqueó a la Comapa a través de redes de empresas fantasmas o que competían entre sí para repartirse los concursos y decidir quién ganaba el servicio, existió una gran asociación delictuosa entre compañías y funcionarios, todos bajo las órdenes y roles específicos que establecía el ex gerente”.

Ahora bien, Rivera Schotte, presumió su cercanía y protección por amigos “Cabecistas” que ahora son requeridos por el gobierno de Américo Villareal Anaya.

Según consta en actas, derivadas de las investigaciones externas, “los desvíos y sustracciones en agravio de la Comapa estatal, podrían ascender a los 400 millones de pesos, los cuales presumiblemente favorecieron campañas políticas”.

Sin fuero de sus amigos más cercanos y protectores, el ex gerente de la Comapa Zona Conurbada tendrá que responder ante la Fiscalía General de Justicia (FGJ), quien deberá ordenar la ratificación de las tres denuncias que hay en contra del ex servidor.

“Este es un objetivo importante en el Estado, se dice que ya se tienen testigos claves para esta operación que no tendrá precedente y, será un claro ejemplo que la corrupción se castiga con o sin fiscal a modo, pues la instrucción del gobernador es que ningún delito quede impune y se busque la reparación del daño”, estableció González Casanova.

Recordó que las denuncias que se han presentado fueron por tres temas, el primero se trata de una anulación de una cuenta a cargo de una persona moral que tenía una toma clandestina de agua; la segunda, que dicho ex gerente ordenó, sin necesidad del servicio, digitalizar todos los documentos e información privada que sirvió como “padrón electoral”  a favor del anterior gobierno, mientras que la tercera, se descontaban las cuotas obrero patronal a los trabajadores, y una vez que ese dinero era retenido por la Comapa no se pagaba al IMSS y SAT.