Tampico, Tamaulipas. - El gobierno de Tampico está preparado para enfrentar una nueva crisis de migrantes que buscan llegar a la frontera norte para ingresar a los Estados Unidos, aunque por fortuna aún no ocurre ese escenario en la ciudad, como sí la hubo en septiembre de 2021 cuando la zona estuvo prácticamente inundada de haitianos, venezolanos y africanos, declaró el alcalde Jesús Nader Nasrallah. 

Indicó que como ya se tuvo esa experiencia las autoridades municipales ya saben cómo responder y habrá de desplegarse una atención sensible y humanitaria, a través del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y de la Secretaría de Protección Civil municipal, entre otras dependencias.

Expuso además que si fuera necesario se solicitará el apoyo de dependencias de seguridad federal, a fin de evitar que un escenario hipotético de este tipo vaya a salirse de control.

Adicionalmente el Ayuntamiento estará en contacto con los responsables del Instituto Nacional de Migración, pues ante todo se busca que prevalezca la coordinación entre autoridades para atender a una eventual llegada de migrantes al sur de la entidad, una vez que concluyó la vigencia del llamado Título 42, que fue impuesto por la emergencia sanitaria de Covid-19.

"Esperemos que no (ocurra la llegada de migrantes), hasta ahorita no hay indicios de que estén arribando aquí extranjeros, pero como quiera hemos estado muy al pendiente por parte del DIF de Tampico, pues tenemos las precauciones, estamos trabajando muy de cerca con Protección Civil igualmente, para que si llegara a suceder ya tenemos la experiencia del trato que se les debe de dar, un trato humano sobre todo", precisó. 

"Esto ya lo hemos estado platicando con las Mesas Ciudadanas de Seguridad y ahí vamos a hacer si Dios quiere un operativo para poder mantener la paz, la tranquilidad, de que no se nos salga de las manos, hasta ahorita no ha habido ningún problema, eso sí quiero manifestar", completó. 

Como se recuerda, en septiembre de 2021 miles de migrantes causaron un desequilibrio a las autoridades Migratorias, pues no podían atender a tantos haitianos, venezolanos y africanos que se habían estacionado en Tampico, en su paso a la Unión Americana, durmiendo en la Central de Autobuses de Tampico y en algunos otros sitios públicos, inclusive pidiendo monedas en los cruceros o un empleo mientras les resolvían su estatus migratorio.