Neuropolítica y estrategia

Ante un escenario de alta volatilidad electoral, lograr la confianza y la lealtad de los votantes se ha convertido en el principal desafío, además del gran reto de líderes políticos y partidos que, por otra parte, protagonizan grandes inversiones para conseguir los resultados esperados.

Son muchos los interrogantes.

Qué hay detrás de la toma de decisiones durante un proceso electoral, por qué alguien puede percibir un partido o un candidato como irresistible, qué impulsa a decidir confiar en uno u otro, o cuál es el perfil del votante de un signo, partido o representante político determinado.

Este artículo revela cómo el hecho de aplicar paradigmas de la neurociencia y obtener información directamente del cerebro de los votantes para desentrañar las complejas actitudes políticas, permite lograr resultados basados en respuestas no manipulables, muy lejos de las predicciones obtenidas mediante sondeos o encuestas de intención de voto.

Porque una cosa es lo que se dice y otra lo que se vota.

Empezamos.

Descubre qué hay detrás de la decisión de voto

Una gran parte de los procesos cognitivos y perceptivos que rigen la conducta humana son no conscientes, y por lo tanto, los factores que influyen en la toma de decisiones tienen su origen en un tipo de memoria no declarativa.

Hay cosas que no sabemos que sabemos, pero sabemos.

Y es que el comportamiento humano es complejo. Existen reacciones que no somos capaces de identificar y que están contenidas en el ámbito de la memoria implícita, que  es esa parte de la memoria a la que se accede sin pensar, como en piloto automático.

Eso significa tener la sensación explícita (es decir, consciente) de estar a punto de tomar una decisión en cuanto a quién votar, cuando en realidad se está desatando toda una serie de recursos cognitivos inconscientes.

Aumentar la eficacia en la toma de decisiones, es posible.

Un análisis de la actividad cerebral mediante el uso de técnicas de neuroimagen revela el perfil neurofisiológico de ese procesamiento implícito (no consciente) capaz de salvar las discrepancias entre los resultados de las encuestas electorales y la realidad del comportamiento de los votantes.

Identifica la percepción real de los ciudadanos

¿El partido se mueve en un territorio diferenciado o exclusivo? ¿Qué imagen traslada un determinado líder político? ¿Hasta qué punto es creíble? ¿Transmite confianza en el electorado? ¿Su posición está en consonancia con su partido?

Lo que marca la diferencia es disponer de una respuesta precisa y fiable a estas preguntas esenciales.

Entender cómo perciben los ciudadanos a los líderes políticos y a los partidos, qué emociones despiertan o de qué forma se distinguen frente a otros, es viable mediante el acceso a un tipo de información que permite identificar y validar los estímulos complejos que subyacen a la conducta humana.

Una forma diferente de conectar con las personas y orientar la comunicación electoral desde una perspectiva empírica.

Utilizando tecnología avanzada de análisis neuronal se puede identificar qué atributos semánticos definen la auténtica percepción acerca de un líder político o un partido, y generar el impulso necesario para transitar desde lo genérico hacia la diferenciación.

Conocer el índice de influencia real y provocar la respuesta esperada.

Utiliza tecnología de última generación

Gracias al uso de paradigmas científicos y tecnología de análisis de datos, machine learning e inteligencia artificial junto con técnicas de neuroimagen, se puede conectar con la verdadera percepción de los votantes.

La Magnetoencefalografía (MEG) es una técnica no invasiva que permite evaluar en milisegundos las reacciones emocionales no conscientes, mientras sigue en tiempo real la velocidad de procesamiento que el cerebro utiliza para transmitir información, cuando alguien está tomando la decisión acerca de si algo le gusta o no (por ejemplo un partido, un signo político o un candidato).

Se trata de una metodología rigurosamente científica que evalúa el complejo sistema de redes funcionales asociadas a todas esas reacciones cognitivas rápidas que una persona nunca podría declarar de forma consciente, cuando se le pregunta en el transcurso de una encuesta electoral.

Amplía la visión.

Adaptar los cambios impulsados por la ciencia es factible con el apoyo de científicos e investigadores como NEUROHIPERCUBO quienes realizan estudios neurocientíficos para la validación de estímulos con neurotecnología avanzada que registra y procesa a través de de algoritmos el impacto provocado por estímulos.

Dichos algoritmos procesan la respuesta neurofisiológica, fisiológica, biométrica, analítica visual y la emocionalidad facial a través de distintas herramientas como EEG (electroencefalograma), GSR (respuesta galvánica de la piel), FC (reconocimiento facial), ET (seguimiento ocular) con muestras representativas de 400 participantes de 10 nichos de mercado con un nivel de confianza mayor al 95%.

Una innovadora fórmula de tomar decisiones desde la certeza y el rigor que propone la ciencia.

a.rivera@vgestrategias.mx

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.