El decreto negro

“¿Duele… general?” preguntaba Maximiliano a su segundo, general Miguel Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarelo en el Cerro de las Campanas. “No sé, es la primera vez que me fusilan” contestaría el infeliz y que por pocos conocido, habría sido uno de los Niños Héroes –fueron más de seis- que capitularon la batalla en la defensa del Castillo de Chapultepec en el histórico 13 de septiembre de 1847.

Vámonos por partes… frase preferida de los nefrólogos.

Tamaulipas una vez más se viste de gala. Bajo la premisa de “La Cultura Nos Une”, enciende nuevamente las luces para ser los anfitriones de la puesta en escena de las bellas artes en todo el territorio de la esquina noreste del país. Como invitado, el país de Chile en la exposición de cuadros en las principales sedes de los 43 municipios.

Arte y cultura; además de que nos une, pone de nuevo en el escenario nacional a la muestra de los valores artísticos tamaulipecos. Haciendo énfasis en que la cultura no sólo la promueve el gobierno en tales fechas festivas; pues los principales teatros de la geografía tamaulipeca han tenido la fortuna de contar con repartos de música, de exposiciones y de disfrutar los talentos como los que genera la UAT, a todo lo largo del año. El jazz; la música tamaulipeca; la danza, el teatro; encuentran como siempre, los brazos abiertos de los cálidos tamaulipecos.

Ahora, del 27 de septiembre al 7 de octubre nos preparamos para disfrutar de las exposiciones artísticas y en espera que los beneficios –como el turismo- y la importante derrama económica que generan, sean igual de sustanciosos como todos los años.
Empieza la fiesta. Disfrutemos el Festival Internacional Tamaulipas.

Y retomamos el título y su extraño contenido.

No entraremos en detalles de clases de historia, porque seguros estamos que todos la conocemos a la perfección. Sólo mencionar el suceso por el cual surge el llamado ‘decreto negro’ impuesto por el emperador Maximiliano.

Tras ver que irremisiblemente perdía la batalla con el presidente Juárez. Y su reducto de poder se circunscribía a la ciudad de México; ordena la proclama de su decreto, por el cual juzgaba de manera inmediata a la muerte, a quien se reconociera como seguidor o facilitador del Gobierno de Juárez. No destierro ni cárcel. El total exterminio, para acabar con la pléyade de opositores a su gobierno.

Inocente palomita… el ‘decreto negro’… lo alcanzó a él y sus dos cercanos. Fue el fusilamiento de los 3M (Maximiliano, Miramón y Mejía).

En fechas actuales, hay ‘alguien’ no tan conservador que, trastocados sus propios ideales, y viviendo su reducido poder a una geografía muy similar a la del austro-húngaro Maximiliano; no sólo ‘desconoce’ la autoridad del Supremo Tribunal Federal.

Encima de eso, no entiende cómo pudo ser posible que sus propios gobernantes –como el electo Mancera- emanados de sus filas de las llamadas ‘izquierdas’ hayan igualmente capitulado fuerzas y reconozcan la alternancia y el juicio de la democracia; allanando el camino para el arribo del ungido Presidente Electo, Enrique Peña Nieto.

Todos sabemos que el financiamiento de las locuras de éste sistema de izquierda proclive al enfrentamiento, es sustentado en su economía, del presupuesto del Gobierno del Distrito Federal. ¿Cuánto más sobrevivirá?

Cabe hacerse la pregunta, si quizá en su segura desaparición de los escenarios de la política, acaso el olvido de sus antes seguidores llegue a impactar al lacónico Peje, como en su tiempo lo pasó Maximiliano. Y en un posible escenario, pregunte éste a Bejarano (el señor de las ligas) “¿Duele Beja?” y seguro aquél le conteste “Tú sabes más que yo, mi Peje… ¡Ya llevas doce años!”

alejandrodeanda@hotmail.com @deandaalejandro