Matamoros, Tamaulipas. - El vivir por más de dos meses en un campamento de migrante no es nada favorable, porque no existe una oportunidad de tener buena comida o una cama en donde dormir, pero algunas personas buscan salir adelante vendiendo o trabajando en algunos lugares de Matamoros en donde se les da la oportunidad, como es el caso de Otoniel.

El joven es de origen hondureño y ya tiene más de un mes viviendo en este campamento, por lo que para poder obtener recursos para comer él y su familia decidió primero comprar un costal lleno de naranjas, de ahí fue creciendo poco a poco su negocio hasta vender mandarinas, naranjas y otras frutas.

“Yo en mi país me dedicaba a la venta de frutas, por lo que ahora que vivo en estas condiciones decidí también emprender este oficio, las naranjas y mandarinas son universales, todos las consumen y hasta el momento me está yendo bien”, dijo.

Mientras que él pela las naranjas o mandarinas para embolsarlas, su esposa se dedica a venderlas a un costado de él, mientras que sentado en un bote de plástico pela una a una las mismas con un cuchillo que pudo comprar para dicho fin.

“Quizás no hacemos mucho dinero, pero con lo poco que obtenemos podemos tener algo de dinerito para comer un poco mejor, además de que al vender estas naranjas le damos vuelta al dinero”, expresó.

La comunidad migrante busca alternativas de sobrevivencia al estar por tanto tiempo viviendo en este campamento, buscando sobrevivir de alguna manera, esto para evitar ser señalados por la comunidad.