Antes de enviar el original a la imprenta
Recuerdo que hace un par de años le envié a una diseñadora el texto original para un libro cuyo contenido lo había trabajado en colaboración con un amigo. Mi amigo no tenía conocimientos sobre edición de textos, y yo lo único que sabía lo había aprendido por medio de la práctica, a base de prueba y error, con otros textos que me sirvieron de mucho para ir entendiendo este proceso.
La diseñadora me dijo en cierta ocasión que ya había «vaciado» el contenido que yo le había enviado en Word, y que posteriormente se encargaría de compaginar. El texto que le había hecho llegar estaba escrito ―si mal no recuerdo― con títulos en tamaño 18, el cuerpo del texto en tamaño14, interlineado de 1.5, con márgenes de 2 cm en cada lado.
No recuerdo en este momento si yo decidí la tipografía para el libro, o si fue la diseñadora la que decidió el tipo de letra, lo más seguro es que se editó con el tipo de letra con la que trabajé desde un principio. Lo cierto es que ahora que he estado leyendo con más calma algunos libros sobre edición editorial me he dado cuenta de tantos detalles que se tienen qué considerar antes de enviar el original a la editorial.
Hace unos días estuve analizando el libro que mandé a diseñar e imprimir, y pude ver ciertos errores los cuales para muchos de nosotros pasan desapercibidos porque llegamos a desconocer si el contenido viene bien estructurado o no.
En ocasiones nos damos una idea de qué tan interesante puede ser el libro por el título de la obra, o por el diseño de la portada, también puede ser que nos llame la atención la presentación de la cubierta, es decir, en qué papel se está presentando el libro.
Pero esta parte no le corresponde al autor, sino a la editorial. Para los que nos damos la oportunidad por medio de la autoedición de textos, pues es importante leer libros de edición editorial, ya que de esta manera podemos presentar un original más decente que si nos dejamos llevar tan sólo por la emoción de ver nuestra obra terminada sin tener mínimos conocimientos sobre edición.
Lo que si me queda claro es que para los que enviamos (como autor independiente) el texto original a una diseñadora, posiblemente ésta no cuente con los conocimientos de edición editorial, es decir, podrá acomodar u ordenar la información que va ir en cada página, pero no decidirá qué tamaño de letra debe llevar el título o el cuerpo del texto, menos se encargará de decidir por los espacios en blanco o colgados que deben ir entre los títulos y el cuerpo del texto, o los subtítulos y el cuerpo del texto, tampoco decidirá (o puede que esto sí lo pueda hacer) la sangría del párrafo.
Pero esto no es más que una mínima parte de tantas cosas que hay que aprender, porque también hay que saber en qué casos se usa la cursiva, cuando la negrita, o en qué casos no se debe abusar de la mayúscula, incluso, parte importante sobre el correcto empleo de las abreviaturas.
Entre otras cosas, cuántas palabras debe escribirse por línea, de cuántas líneas deberá constar la página. Si nos vamos a las citas textuales, sería bueno saber a partir de qué cantidad de palabras se recomienda aplicar sangría y los debidos espacios en blanco.
Para el caso de citas textuales (en el caso de libros, pues es lo que estoy estudiando) tengo entendido que, si la cita textual consta de más de cinco renglones o más de 350 caracteres, se deberá dejar una línea en blanco antes y una después, aparte, se deberá sangrar y, por tanto, se eliminarán las comillas.
También tengo entendido que no hay necesidad de cambiar el tamaño de letra en que se está trabajando el texto, puesto que por eso se deja una línea en blanco antes y una después.
Aunque con esta información entiendo que es para la preparación de textos originales para poder enviarse a una editorial. Sin embargo, lo que si he visto en algunos periódicos locales y me llama la atención, es que se pueden ver citas textuales a través de las cuales se aprecia que van separadas del cuerpo del texto, llevan sangría, sólo que van con todo y comillas las cuales considero que están demás, puesto que el hecho de separar la cita del cuerpo del texto, incluso si ésta tuviera un tamaño de letra menor, se entiende que es una cita textual que rebasa los cinco renglones, de lo contrario no tendría por qué separarse del cuerpo del texto.
Debo aclarar que desde el punto de vista periodístico no cuento con información al respecto, sobre si deben o no llevar comillas cuando la cita se separa del cuerpo del texto, como el caso que describo líneas arriba.
Lo anterior lo tomo como un ejemplo por lo que entiendo de la cita textual cuando rebasa los cinco renglones o contiene más de 350 caracteres.
Relacionado con este tema sería bueno que se consultara la obra de Roberto Zavala Ruiz «El libro y sus orillas».
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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