Por lo general, cuando uno comienza a leer acerca del uso de la coma en algunos manuales o libros de redacción, no es de sorprenderse que en la definición se vaya al grano con la explicación con respecto a su correcto empleo.

Lo que sí me sorprende es haber encontrado a manera de recomendación, por decirlo de alguna forma, lo que indica Milagros Aleza Izquierdo en su obra «Signos ortográficos, ortotipografía y normas actuales», pues con respecto a los usos lingüísticos de la coma, indica lo siguiente:

«Es este uno de los signos que más problemas plantea a la hora de puntuar un texto, ya que se requiere en muchos contextos y se necesita cierto dominio de la gramática para aprender sus distintos usos. […]».

Me da gusto poder leer estas advertencias en relación con el estudio de la gramática, ya que durante años hemos tenido presente que la coma tan solo es una pausa breve, fuera de ahí no hay más apuro que sentarse a escribir.

El problema surge cuando comenzamos a leer este tipo de libros u obras de consulta, y es donde la puerca tuerce el rabo, porque conforme vamos leyendo nos damos cuenta de que no es tan fácil usar la coma como parece, o mejor dicho: como nos enseñaron, o como aprendimos.

Aunque también habría que aclarar que no todo está perdido, tampoco es para decir que fueron mentiras las que se nos enseñó; más bien considero que debido a la falta de preparación o interés del alumno por aprender gramática, pues nos quedamos con que la coma es una pausa breve.

En parte sí es una pausa breve, como se señala en el libro OCEANO ORTOGRAFÍA PRÁCTICA «Uso de la coma», (p.141), pero también es verdad que en ciertos casos la coma es obligada, sobre todo en la escritura, aunque no necesariamente en la pronunciación.

Ahora tenemos dos enfoques: el uso de la coma obligada en la escritura, y la coma como una pausa breve en la pronunciación.

Me parece interesante saber esto, porque sinceramente hasta antes de leer la brevísima introducción que hace Milagros Aleza Izquierdo sobre el uso de la coma, y sobre «cierto dominio de la gramática para aprender sus distintos usos», yo había estado puntuando a criterio personal, sin tener un conocimiento más amplio acerca del uso de la coma; en otras palabras: ignoraba los alcances en el uso de la coma.

Milagros Izquierdo me ha abierto los ojos, en realidad el uso de la coma es amplio. Según lo que estuve leyendo a través de su obra Signos ortográficos, me parece digno de estudiar, de analizar, pero sobre todo, de prestar mucha atención a los ejemplos.

Del libro Océano Ortografía Práctica me llevo un buen conocimiento al respecto del uso de la coma, principalmente lo relacionado con el empleo correcto de las conjunciones y, e, ni, o, u al unir dos series en un texto.

El uso de la coma en el vocativo lo asimilé gracias a las lecturas sobre este tema las cuales las encontré en el libro LOS 101 ERRORES MÁS COMUNES DEL ESPAÑOL, de Sandro Cohen: «96 OLVIDAR O HACER CASO OMISO DE LA COMA DEL VOCATIVO».

De este breve estudio que he realizado para fines personales, considero conveniente el estudio sistemático de la coma, ya que pienso continuar aprendiendo todo lo que esté relacionado con textos, impresiones y libros.

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.