Washington DC.- Tres de las oficinas de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) recibieron 127 millones de dólares, proporcionado por el Banco Mundial, para un proyecto interinstitucional para luchar contra la propagación del hambre extrema en Yemen.

Se trata de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, quienes en conjunto activaran en este país proyecto que brindará a las familias rurales oportunidades para construir una seguridad alimentaria familiar sostenible.

“Las necesidades humanitarias en Yemen siguen aumentando. El país se está recuperando de los impactos de más de seis años de conflicto incesante y trastornos económicos agravados por la pandemia de COVID-19, las inundaciones y las langostas del desierto”, señalaron en un comunicado de prensa en conjunto las diferentes oficinas de la ONU.

Y es que actualmente, más de 16 millones de yemeníes enfrentan crisis o niveles peores de inseguridad alimentaria aguda de acuerdo con el último análisis de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria, en este análisis se incluyen 47 mil personas que experimentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, condiciones similares a las de las familias.

En el comunicado en conjunto, señalaron que la donación del Banco Mundial se centrará en brindar apoyo inmediato a los hogares vulnerables a través de oportunidades de dinero por trabajo y apoyo nutricional para madres y niños.

“El proyecto también proporcionará apoyo específico para los medios de vida con el fin de impulsar la producción agrícola a corto plazo, al tiempo que mejorará las contribuciones de la agricultura a la seguridad alimentaria y la actividad económica a largo plazo y creará capacidad para la gestión de la seguridad alimentaria”, detallaron.

Tania Meyer, gerente de país del Banco Mundial para Yemen, aseguró que la inseguridad alimentaria es uno de los desafíos de desarrollo humano más apremiantes que enfrenta el Yemen, y contextualizó el actual conflicto amplio del conflicto y la crisis económica que se vive en Yemen.

«El Banco Mundial está adoptando un enfoque multisectorial de la inseguridad alimentaria. El nuevo proyecto de Respuesta de Seguridad Alimentaria y Resiliencia es una pieza clave de este paquete operativo, que integra el apoyo inmediato a los hogares con intervenciones a mediano plazo destinadas a desarrollar la resiliencia ante futuras crisis», acotó.

En el comunicado explicaron que las donaciones fueron posibles gracias a las generosas contribuciones de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco, que aportaron 100 millones de dólares y el Programa Global de Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP), de los que se recibieron 27 millones de dólares.

«Para millones de familias yemeníes, la producción de alimentos en el patio trasero representa un cortafuego entre ellas y las manifestaciones más graves del hambre. Por lo tanto, debemos impulsar la producción local de alimentos ahora mismo para evitar que se propague la inseguridad alimentaria aguda», dijo el representante de país de la FAO, Hussein Gadain.

El problema en Yemen, señaló, por su parte, el representante Residente del PNUD, Auke Lootsma, es que la crisis alimentaria existe porque los yemeníes simplemente no pueden pagar sus alimentos, no porque los alimentos no estén disponibles.

 «Si bien el proyecto aborda la crítica y aguda crisis alimentaria poniendo el dinero necesario en los bolsillos de las personas para comprar alimentos, también trabaja para comenzar a reconstruir los bienes comunitarios perdidos que han sido destruidos o gravemente dañados en el conflicto o en las devastadoras inundaciones recientes», puntualizó.