Nuevos ejercicios en la edición de libros
Hace un par de días estuve en una imprenta la cual, por cierto, no había tenido el gusto de conocer a las personas que trabajan en ese lugar, particularmente a la diseñadora que es con quien más me interesa mantener contacto, porque es a través de ella ―en este caso― como puedo aprender muchas cosas relacionadas con el diseño.
Les decía que ahora que he terminado un proyecto editorial es como me pude parar nuevamente en la imprenta, pues el propósito con este ejercicio fue experimentar con un nuevo formato de los que no había trabajado antes, me refiero al tamaño carta.
Lo interesante aparte de haber trabajado el tamaño carta, también era ver físicamente el libro, la configuración de los márgenes, el interlineado, el tamaño de letra, el tipo de letra, los espacios en blanco, los títulos y subtítulos; me moría de ganas de poder ver el formato del índice [el texto y su estructura].
Cuando me entregaron el proyecto ya impreso: ¡el libro se veía impresionante!
Por cierto, al revisar parte de la información que me mandaron de la imprenta vía WhatsApp, con respecto a la portada dice: «con portada a color, en sulfatada de 12 pts. Acabado: pegado.» Las hojas fueron solicitadas en papel bond.
Los cuatro márgenes los configuré a 2.5 cm. Apliqué un interlineado de 1.15. Para el tipo de letra emplee la Book Antiqua, con tamaño 14. Los títulos fueron dos puntos más de tamaño con respecto al utilizado para el cuerpo del texto, es decir en tamaño 16. En cambio para los subtítulos preferí usar la Arial, en tamaño 12, y en cursiva. Muy poco emplee la negrita.
Este nuevo ejercicio editorial me ha dado la oportunidad de seguir aprendiendo, porque de ninguna otra manera podría estar enseñándome sobre diseño editorial si antes no tuve entre mis manos un libro por medio del cual puedo ver mis errores cometidos.
Porque he logrado entender que todo, absolutamente todo lo que viene en un texto, o escrito o diseñado en una página, tiene su razón de ser. Los márgenes tienen su porqué, y no atienden a caprichos del autor o del editor, sino a determinados sistemas de composición, de edición, de tipografía, que se han estudiado desde hace muchos años.
Viéndolo desde esa perspectiva, el hecho de estar realizando proyectos editoriales o aplicando ciertos conocimientos sobre diseño editorial a base de prácticas, es como puedo lograr entender lo que dicen los autores sobre este y otros temas mucho muy importantes que se tienen que aprender para tener un criterio profesional cuando se trate sobre edición editorial.
El libro que me entregaron en la imprenta me deja satisfecho hasta cierto punto. Satisfecho porque puedo ver la diferencia entre los ejercicios que realicé años atrás, con respecto a este nuevo ejercicio que terminé no hace mucho.
Entonces, considero que hay avances en conocimientos generales sobre el uso de las negritas, las cursivas (las cuales, por cierto, las apliqué en ciertas ideas que quise resaltar en diferentes partes del texto) y las versalitas.
Me obligué a estudiar ciertas palabras que deben ir escritas con inicial mayúsculas, o dejando en minúsculas las que según la Real Academia Española ( RAE) o la Fundación del Español Urgente (Fundéu RAE), consideran que no deben ir en mayúscula.
Esta vez fue un gran avance, eso creo yo, hasta cierto punto, porque en adelante y para otros ejercicios no estaría nada mal aplicar con conocimiento de causa lo relacionado con las medidas adecuadas para los márgenes, principalmente darle importancia de anchura al margen derecho y al inferior.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ