Nueva York, NY. (Agencia Informativa de México).- Ante el derramamiento de sangre en Cali, Colombia, tras una semana de protestas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pide calma y expresó una profunda alarma por la violencia que se está generando en el país latinoamericano.

A través de la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH) señalaron que la alarma internacional está basada en la información de que, según informes, varias personas murieron y resultaron heridas cuando la policía abrió fuego contra los manifestantes.

La portavoz de ACNUDH, Marta Hurtado dijo la representación de este organismo en Colombia está trabajando para verificar el número exacto de víctimas y establecer cómo se produjo el incidente en Cali.

“Expresamos nuestra profunda conmoción por los hechos ocurridos allí y hacemos hincapié en nuestra solidaridad con quienes han perdido la vida, así como con los heridos y sus familias”, dijo la funcionaria internacional y agregó que los defensores de derechos humanos también informaron haber sido acosados y amenazados.

Y es que las protestas, que comenzaron el miércoles pasado con una huelga general por las reformas tributarias propuestas, continuaron a pesar de un anuncio de la presidencia colombiana el domingo de que el proyecto de ley de reforma sería retirado del Congreso. También se informa que el Ministro de Finanzas ha dimitido.

Según la oficina de derechos humanos de la ONU, la mayoría de las protestas hasta ahora han sido pacíficas, pero ha recibido denuncias de al menos 14 muertes en diferentes partes de Colombia, incluido al menos un oficial de policía, desde que comenzaron las manifestaciones.

“Dada la situación extremadamente tensa, con soldados y policías desplegados para vigilar la protesta, llamamos a la calma”, dijo la portavoz de la ACNUDH.

También recordó a las autoridades estatales su responsabilidad de proteger los derechos humanos, incluido el derecho a la vida y la seguridad de la persona, y de facilitar el ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica.

“Recalcamos también que los agentes del orden deben respetar los principios de legalidad, precaución, necesidad y proporcionalidad al vigilar las manifestaciones. Las armas de fuego solo pueden utilizarse como medida de último recurso contra una amenaza inminente para la vida o una lesión grave”.