Cumple 15 años programa de zonas arqueológicas en Guanajuato
Guanajuato, Gto. (Agencia Informativa de México).- Hasta antes de 2006, el retrato mental que la mayoría de las personas tenía de Guanajuato invariablemente adoptaba la forma de sus ciudades coloniales. Sin embargo, el 10 de marzo de ese año se puso en operación Plazuelas, la primera zona arqueológica habilitada para recibir al público en la entidad.
A la apertura de Plazuelas, en el municipio de Pénjamo, le siguieron las zonas arqueológicas de Peralta, en Abasolo (2008); Cañada de la Virgen, en San Miguel de Allende (2011) y El Cóporo, en Ocampo (2012), así como el sitio de pinturas rupestres de Arroyo Seco, en Victoria (2018), que es apenas uno de los tres de su género abiertos al público en el país.
Cada uno de los sitios arqueológicos abiertos en la entidad generó un amplio proyecto de investigación y conservación, cuya documentación está accesible a través de diversos libros editados por el INAH y el Instituto Estatal de la Cultura, el último de los cuales es “La memoria de los ancestros. El arte rupestre de Arroyo Seco, Guanajuato”, publicación firmada por Carlos Viramontes y Luz María Flores que obtuvo en 2018 el Premio Alfonso Caso.
Las investigaciones arqueológicas realizadas gracias a este marco de colaboración han aportado información sobre el pasado prehispánico de Guanajuato, con los que se modifican algunas teorías existentes para la región, como es el planteamiento, muy divulgado, de que este territorio sólo era habitado por grupos nómadas, genéricamente llamados chichimecas, que si bien fue la población que los españoles enfrentaron a su llegada, no fueron los únicos que habitaron estas tierras en tiempos más remotos.
El modelo único de gestión que tiene Guanajuato de sus sitios arqueológicos se construyó a partir de la colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Gobierno del Estado, a través del Instituto Estatal de la Cultura y los gobiernos municipales, para generar una fuente base de financiamiento no sólo para la operación y conservación de los sitios, sino también su difusión y labores de investigación. Esto ha sido posible gracias al Fideicomiso de Administración e Inversión para la Realización de las Actividades de Rescate y Conservación de Sitios Arqueológicos en el Estado de Guanajuato (FIARCA), conformado en 2003.
Si bien, el propósito fundamental de FIARCA ha sido el rescate y salvaguarda del patrimonio arqueológico, una vez que los sitios arqueológicos han abierto al público, han sido detonadores regionales que impulsen la dinámica social y económica de las comunidades anfitrionas. De esta manera se ha logrado diversificar también la oferta cultural y turística en el estado.
La arqueología en Guanajuato aún tiene tesoros por revelar. Está próxima la apertura del Complejo B en Arroyo Seco, para completar el acceso al público de los dos cerros con pinturas rupestres que tiene el sitio; y se está trabajando también en la investigación y rescate de la zona arqueológica Cerro de los Remedios, en Comonfort, para que en algunos años sea el sexto destino desde el que pueda asomarse al pasado de la entidad.
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