22 días de pandemia
A finales de marzo del año pasado, 2020, comencé a redactar un diario personal a través del cual dejaría escrito los momentos más difíciles de nuestras vidas que hemos pasado entre mi madre y yo con motivo de la pandemia ocasionada por el coronavirus o COVID-19.
Pensé en escribir el diario a partir del miércoles 25 de marzo -fecha en que se me ocurrió en redactar las primeras líneas- y terminarlo hasta que el gobierno federal informara que el coronavirus ya había sido controlado o eliminado, o que la gente ya pudiera comenzar a hacer su vida normal.
¿Pero cómo podía saber si yo iba a estar vivo para cuando llegara ese momento tan importante en la historia de la humanidad?
Por eso preferí escribir una breve historia contada en 22 días, es decir, el último capítulo se cierra el miércoles 15 de abril.
Por momentos me veo como un reportero que anda por la calle observando el ritmo de la ciudad, en cómo poco a poco fueron cerrando algunos negocios; en cómo poco a poco se fueron quedando vacías las calles, sobre todo la calle principal.
En el café, donde acostumbro a reunirme con mis camaradas, también se notó la ausencia de mucha gente conocida.
A pesar de sentir mucho miedo ante esta situación de pandemia, nunca he dejado de escribir, incluso, durante ese corto período de tiempo en que comencé a escribir el diario, ocupé la mente para hacer dibujos en las aplicaciones de Paint 3D y Fresh Paint.
De tal manera que el contenido de la historia lleva también algunos dibujos que hice.
Fue un trabajo divertido, porque a pesar de tener mucho miedo a enfermarme, a pesar de tener mucho miedo a morir, durante los 22 días escribí más de 141 páginas las cuales he estado corrigiendo una y otra vez.
Hace unos días conversé vía telefónica con uno de mis amigos y aproveché la ocasión para leerle parte del primer capítulo. Mi amigo me comentó que le había gustado “Ya lo quiero leer todo completo, camarada”.
El título de este libro ha pasado por varios nombres, como, por ejemplo, “El diario de Ricardo”, “22 días de miedo”, “22 días de terror”, ahora tiene “22 días de pandemia”.
No he terminado de corregir, incluso, he tenido que agregar más palabras, he tratado de ser más claro en lo que digo, he tenido que eliminar palabras que están de más; eliminé varios párrafos que no decían nada o que no tenían sentido o que alteraban el sentido del párrafo anterior.
Si yo me pregunto qué es lo que me está dejando este libro que aún no termino, les diré que muchas cosas importantes, entre ellas está: la experiencia.
Yo mismo me encargo de hacer todo: escribo, corrijo, diseño las portadas, al último vendo mis historias.
El panadero de mi colonia no hace pan pensando en concursar, sino para venderlo ahí mismo, de manera semejante yo no escribo pensando en premios, sino para venderlos aquí mismo y sobrevivir ante esta situación que hoy enfrentamos la humanidad entera.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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