Ciudad Victoria, Tamaulipas. - La capital del Estado se vistió de luto el sábado, cuando un par de futbolistas perdieron la vida con escasos minutos de diferencia, ambos jugando su último partido.

Primero en la final de la liga Súper Máster, entre el Rebaño FC y Unión Sosa, el portero del Rebaño se desvaneció en el campo al inicio del segundo tiempo.

Solamente cuatro minutos de la segunda parte se estaban jugando, cuando el cancerbero se desplomó y fue al piso, de inmediato se hizo el llamado a los cuerpos de auxilio, mientras que sus compañeros y un médico que estaba en el lugar intentaron reanimarlo.

“Se desplomó, solo se cayó y lo están tratando de reanimar, pero no reacciona”, indicaban los testigos en el lugar.

“Muevan los carros para que pueda pasar la ambulancia ahorita que llegue y no batallen”, indicaban otras personas que estaban en el campo.

Lo que era una fiesta en un instante pasó a ser una tragedia, de la alegría se pasó a la tristeza en un abrir y cerrar de ojos.

Media hora después de que llegaron los paramédicos, no había nada que hacer, Ernesto “N” ya no contaba con signos vitales.

De inmediato el llanto se apoderó de los presentes, de amigos y familiares que estaban en el lugar, de sus compañeros de equipo, también de sus rivales, de todos los que estaban en ese momento en Santa Librada.

Poco a poco la gente de inmediato tal vez por temor, por el asombro o por tristeza empezaron a irse del lugar, y lo que estaba totalmente lleno, fue quedando vacío.

Pero media hora después, otro suceso similar, ahora un jugador en el campo Loma Alta, tan solo 30 minutos después de lo sucedido en Santa Librada.

El jugador recibió un codazo en el partido, pero fue hasta el final y cuando se estaba cambiando cuando comenzó a sentirse mal, le faltaba el aire y se desplomó para perder la vida en el instante.

Así fue como en tan solo unas horas lo que eran unas fiestas deportivas se convirtieron en tragedias y llenaron de lutos a familias victorenses.