Obras son amores y no buenas razones, es una comedia de Félix Lope de Vega y Carpio, título que con el tiempo se fue convirtiendo en refrán y con el cual se hace ver que no basta con alzar la voz y prometer; hay que cumplir. Claro, cuando de verdad se desea hacerlo.

Esta expresión es una especie de símil a la frase “por los frutos los conocerán”, adjudicada a Jesús en el Nuevo Testamento, donde los “frutos” resultan de las acciones humanas, y que no se limitan a las palabras, las cuales, tarde o temprano se las lleva el viento.

En términos políticos sería “hechos, no palabras”; en el campo romántico quizá aplique “amor con amor se paga”.

AMLO con sus acciones propagandísticas se ha encargado de separar dos Méxicos: sus incondicionales, y los adversarios a los que etiqueta como victimarios, no como lo que en realidad son: víctimas de sus malas decisiones de gobierno. Su aprobación popular tiene que ver más con una relación emotiva, inclusive revanchista, que con una reflexión racional.

La visión presidencial está totalmente desapegada al análisis científico de la realidad social y del potencial del país. El dogma de la Cuarta Transformación ni siquiera es dictado por un equipo colegiado, sino por un sólo hombre: AMLO, quien opta por el enfrentamiento y la polarización, ante la incapacidad de resultados tangibles en la disciplina de la gestión gubernamental.

La estrategia es mantener ese escenario maniqueo para justificar los magros resultados y la toma de decisiones erróneas.

Nadie busca el fracaso gubernamental. Todos queremos un México Próspero, de Crecimiento Económico y de Bienestar para nuestras familias. Pero a nadie le queda clara la estrategia, y estoy seguro que ni a su propio gabinete.

El presidente sostiene que tiene un gran ángel que lo cuida y protege, que se llama pueblo, cuando más bien se trata de un escudo humano.

Y mientras seguimos coleccionando frases icónicas como “me canso, ganso”, “lo que diga mi dedito”, “tengo otra información”, “prefiero el amor y la paz” o “es retroceso el crecimiento sin justicia” “abrazos no balazos”, y mientras nuestra capacidad de asombro, valga la expresión, nos siga sorprendiendo con tanta mañanera presidencial, las cosas en México no terminan de avanzar.

No podemos llevarnos ni a engaños ni a cuentos; las obras son la manifestación de lo que somos, no las palabras: por muchos discursos y mañaneras, al fin y al cabo son sus obras las que quiere ver el pueblo.

@Alberto_Rivera2

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.