Tampico, Tamaulipas. - Muchos son los relatos que hablan de una mujer que camina por las calles de varias colonias de Tampico, a veces solo solloza, en otras ocasiones pega desgarradores gritos; quienes la han escuchado aseguran que se trata de la llorona.

Los vecinos de colonias como el Cascajal, Morelos, Moscú, también en el Golfo, aseguran que al menos una ocasión han tenido un encuentro paranormal.

Don Pancho, un hombre que vende ajos en la zona de los mercados, tiene que esperar desde la madrugada para poder comenzar su jornada.

Aunque las noches son cálidas en Tampico, reconoció que aquella era una noche fría, la poca luz era originada por una luna llena; creía que era una noche agradable.

Pero su suerte cambió, a lo lejos los perros ladrando, uno tras otros, como si algo fuera causándoles enojo o miedo, no le prestó atención, hasta que escuchó a una mujer llorar.

Más preocupado que espantado, pues no era un hombre creyente de lo paranormal, quiso buscar a la dama que lloraba, miraba para todos lados sin poder encontrar a alguien.

Extrañado por el evento, se percató que el llanto se alejaba más y más, hasta casi perderse, pero al voltear a ver a sus ajos, observó a una mujer, de cabellera larga, no la podía mirar el rostro por más que quería, se congeló, quiso mal rezar el padre nuestro, pues tampoco se lo sabía y nada, no podía hacer nada.

Tal vez la fortuna estaba de su lado, la mujer siguió su camino sollozando, por una gran pena que nadie puede explicar, mientras tanto Don Pancho se quedó ahí, sentado al lado de sus ajos, esperando el amanecer.

Pocos son los que le creen su encuentro con aquella dama que llora, otros más le dicen que seguro estaba ebrio, lo que, si es que Don Pancho no es el mismo, ahora se encomienda a Dios para nunca volver a ver a la llorona.