Emociones y orientación del voto
En nuestro cerebro, la razón y la emoción son inseparables y una y otra se complementan, pero en la mayoría de las decisiones de la vida la emoción acaba imponiéndose a la razón: ¿crees que te vas a cargar de razonamientos para ir a votar el 6 de junio del próximo año y dejar fuera los sentimientos? Neurocientificamente la respuesta es NO.
La razón es que la corteza prefrontal del cerebro es más lenta que la emoción en la amígdala y necesita de más tiempo para imponerse, así que la emoción juega con ventaja; eso no quiere decir que nuestras decisiones cotidianas y no tan cotidianas estén exentas de razonamientos, pero lo que normalmente condiciona la conducta humana es esa última emoción que provoca que el corazón lata más deprisa.
Y a la hora de decidir el voto pasa lo mismo: la última emoción generada es la que más posibilidades tiene de condicionarlo y más en unas elecciones como las del domingo 6 junio, en las que se presentan bajo un contexto de incertidumbre y de rencor social provocado por la pandemia, donde hay nuevas formaciones y electorados con vínculos incipientes con muchos de los que serán los futuros candidatos.
Esto provocará, un aumento de la indecisión y posibles cambios en la orientación del voto. Que seamos seres emocionales a la hora de ir a votar no quiere decir que detrás de las emociones no haya nada de razón.
Las emociones como el miedo, la envidia, la sorpresa, la alegría, las crean los razonamientos y esos razonamientos son los que pueden ser lógicos e ilógicos, serios o poco serios, pero son las emociones las que tienen una fuerza impresionante para condicionar nuestra conducta y esa conducta cambia cuando cambian nuestras emociones.
Hay que generar emoción para mover el voto y eso los políticos hoy en día al menos deberían saberlo: quizás no conocen que es la amígdala el área del cerebro más implicada en las emociones, pero sí que las emociones son muy poderosas y que influyen en los votantes.
Las emociones no se heredan y estas dependen de la vida que tengamos, de las ideas inculcadas o de las experiencias vividas. Lo que sí tiene un componente de herencia muy grande es la fuerza con la que las expresamos, hay personas más emocionales que otras y las más reactivas emocionalmente se pueden dejar influir más por los mensajes de última hora.
Sin duda, la gente que tiene ideología o está comprometida con una serie de ideas son personas mucho más difíciles de influir y hacer que cambien su orientación en el voto.
El voto no es un voto de cálculo coste - beneficio, sino que hay altos elementos de emoción, que son los principales factores explicativos. Esas emociones, se trasladan vía identidades: el principal motor estructurador del comportamiento de los ciudadanos, sin duda en el comportamiento electoral, es la construcción de identidades y cómo acaban estas impregnándolo todo.
¿Con quién te sientes emocionalmente identificado y no racionalmente porque presenta políticas más ventajosas? ¿Cuál es tu equipo? Esa es la clave, en estas próximas elecciones del 2021, debido a los elementos contextuales de la actual pandemia, subirá el número de indecisos.
Así que cualquier evento de última hora puede hacer cambiar el voto.
El número de indecisos puede incrementarse porque la situación lejos de simplificarse se ha complicado y, además, los mensajes que recibe cada persona son cada vez más numerosos, más conflictivos y más intermitentes.
Muchas veces se vota por exclusión, además la tecnología ha avanzado más rápidamente que la evolución del cerebro, lo que hace que los humanos hoy nos encontremos en un mundo con una oferta muy grande de cualquier cosa.
El cerebro "está muy preparado" para decidir correctamente sin equivocarnos en la mayoría de los casos cuando se trata de ir a la derecha o la izquierda o para decidir si comer o morir de hambre.
Cuando las decisiones son simples, el cerebro tiene mucha capacidad enseguida de darse cuenta qué es lo que más le conviene, por lo tanto estará más convencido con lo que va a votar.
@Alberto_Rivera2
Alberto Rivera
Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.
Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.
Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.
Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.
Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ