La Paz, Bol. - La Conferencia Episcopal Boliviana, ante los graves conflictos sociales y la crisis sanitaria que sufre Bolivia, solicitó a los dirigentes y líderes sociales que levanten los bloqueos en las carreteras de Bolivia levante y acepten el diálogo con las autoridades.

“Exhortamos a los dirigentes sindicales a deponer actitudes de violencia, levantar los bloqueos y aceptar un diálogo sereno en búsqueda de soluciones”. señaló Monseñor Aurelio Pesoa, Secretario General de la Comisión Episcopal de Bolivia.

En rueda de prensa, el prelado pidió que no pongan en peligro la salud y la vida de los bolivianos, “sirviendo a consignas políticas y reivindicando la realización de elecciones en medio de una subida acelerada de contagios y muerte de tantos compatriotas, además de agravar la ya difícil situación económica que vivimos”.

Recordó que el bloqueo tiene su origen en el cambio de fecha para ir a las elecciones presidenciales es algo que se debe discutir con el Tribunal Supremo Electoral, y no con el poder Ejecutivo.

“No son quienes deben decidir en lo referente a la organización de las elecciones. Llamamos a respetar la separación de Poderes, principio básico de una democracia sana, aceptando la fecha propuesta por el Órgano Electoral”, exhortó el purpurado.

En su mensaje con los medios de comunicación señaló que le preocupa la violencia que se está agravando en el país entre diferentes grupos enfrentados y que pone en peligro la seguridad y la vida de la gente.

“El odio no es la solución a ningún problema. Condenamos toda violencia venga de donde venga, que nos lleva a la pérdida de vidas humanas y a colocarnos en una espiral inacabable de violencia y que puede generar mayores conflictos”, resaltó.

Por otro lado, mencionó que también les preocupa la influencia de la crisis política en “la falta de autoridad y de soluciones efectivas a la alarmante crisis sanitaria que sufrimos”, lo que está llevando que los contagios de Covid-19 sean incontrolados, falta de atención en los centros sanitarios y pérdida de muchas vidas humanas.

Sin embargo, consideró que es momento para la solidaridad y la esperanza, por lo que deben dejar “que cunda el desánimo y el temor”, y agregó que la prudencia es la que debe guiar los actos y no el miedo.

“La demostrada capacidad de nuestro pueblo, para enfrentar los problemas y no eludirlos, es motivo de esperanza; así como nuestra fe en nuestro Padre Dios, que no nos abandona y que busca siempre lo mejor para todos”, exhortó.