Los procesos sociales han cambiado la dinámica y la realidad de los pueblos, estableciendo esquemas complejos que suponen la creación de planes generales y estrategias que permitan que dentro del nuevo modelo que supone la democracia de masas, surjan liderazgos creativos.

Entonces podemos decir que esta nueva realidad impulsada por revolución tecnológica ha ido transformando la sociedad, la conciencia colectiva y con ello la cultura política de los pueblos. Esta transformación se evidencia en los votantes que se interesan más por conocer al político y éste a su vez se preocupa porque el mensaje que quiere transmitir llegue a los diferentes sectores.

Las campañas electorales con el tiempo han ido adquiriendo nuevos matices y enfoques. La expansión masiva de los medios de comunicación obliga a la creación de estrategias comunicativas de interacción para las campañas electorales, esto ha traído consigo ese nuevo espacio de mayor intercambio entre los políticos y los ciudadanos que Dominique Wolton denominó como comunicación política.

La comunicación política junto a la globalización, ligada al avance de la ciencia y la tecnología; al desarrollo de nuevas plataformas digitales que hacen converger a la humanidad en espacio y tiempo han traído consigo una apuesta a la horizontalización de la democracia, es decir, que la actualización de estos mecanismos ha permitido la evolución de los instrumentos y las estrategias de comunicación de la vida política a la vez que repercute de manera significativa en el desarrollo de la democracia.

Los procesos electorales, en este contexto, se han vuelto más complejos. La democracia de masas supone más que elocuencia para comunicar ideas a través de discursos prefabricados, pues los ciudadanos están más informados, son más críticos, más demandantes y más receptivos, hoy la política no se percibe; se ve y se siente.

Y ustedes se dirán sí muy bien, pero todo esto cambió porque estamos en casa y la política se paralizó.

Y yo les digo, la pandemia por la COVID 19 no ha hecho más que acelerar los procesos de cambio y a la política misma.

Y digo esto porque a partir del COVID 19 hemos visto grandes fracasos de líderes políticos que degradan el ejercicio de la política, pero también hemos visto grandes aciertos con liderazgos resilientes que marcan un antes y un después porque han mostrado la política con valores, compasión, solidaridad y con el sentido humano que la sociedad de hoy está demandando.

La pandemia sin duda nos lleva a otros espacios de intermediación entre la política, sus actores y los ciudadanos, en que la identidad del político será el eje transversal sobre el que la comunicación descansará, por una razón simple, en los momentos de bruma, incertidumbre, cuando el sol parece alejarse en el horizonte, es cuando afloran realmente los liderazgos solidarios y comprometidos con las mejores causas.

Y ojo, cuando hablo de solidaridad y empatía lo hago desde el apego estricto a las definiciones de estas palabras y no al intento de timo de las necesidades en los cuales se evidencie que el fin de la solidaridad es sacar provecho político electoral y no la de resolver un problema puntual o colectivo.

En ese sentido, simular la empatía y la solidaridad podría degenerar en situaciones adversas para quien lo practique, porque, en esencia, en este nuevo esquema, como dije, los liderazgos son fruto de las íntimas convicciones del individuo por tanto es su esencia misma la que deberá dejar que la gente vea.

Les voy a dejar con una frase que escuche del consultor español Antonio Sola pero que recientemente me entere es del consultor argentino Marcelo López.

El que entienda lo que le preocupa a la gente, lo que siente la gente, el que la dignifique está del otro lado.

En otras palabras, el líder que sea lo suficientemente empático para sensibilizarse con lo que la gente necesita en estos momentos y cree un match, es el que podrá contar con el respaldo de la voluntad popular.

En conclusión, en estos tiempos se necesitan líderes resilientes, empáticos y solidarios, pero también inteligentes para paliar la crisis.

@Alberto_Rivera2

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.