Tampico, Tamaulipas.- La pandemia global del COVID-19 ha generado historias de tristeza e impotencia, tal es el caso de la familia de Saúl Delgadillo, un vigilante contraincendios de la plataforma Abkatun-A, en la Sonda de Campeche; en menos de 15 días el virus terminó con su vida, ayudado por la presunta negligencia de los médicos de Petróleos Mexicanos.

La hermana de la víctima, Martha Delgadillo, originaria de Ciudad Madero, Tamaulipas, relató los hechos que le notificó su cuñada, Mity Cruz, quien no da crédito que a su esposo se lo entregaron dentro de una pequeña urna donde fueron depositadas sus cenizas.

"El cuerpo no lo entregaron, nos avisaron que había muerto, no tuvimos la oportunidad de ver el cuerpo, a las 11 de la noche de ese mismo 23 de abril entregaron las cenizas".

Detalló cronológicamente los acontecimientos: el pasado 8 de abril su hermano subió a la plataforma sano, dos días después comenzó a sentir un malestar en la garganta; fue el primer síntoma, al acudir al médico le dijeron que era gripa.

A Saúl le dieron pastillas de paracetamol, pero lejos de mejorar, el día 14 de abril, reportó a su esposa Mity Cruz, que tenía fiebre y sentía pesadez al caminar en su área de trabajo, sin embargo, la respuesta era la misma... una gripa.

Aunque reportó tener todos los síntomas del SARS-CoV-2, siguió conviviendo con sus compañeros de trabajo, incluso durmiendo con sus compañeros; para el 17 de abril ya había perdido los sentidos del gusto y el olfato.

Fue esa misma tarde que un ingeniero, amigo suyo, logró que fuera subido a un helicóptero "el que esperaron horas en pleno sol, batalló mucho para subir, un viaje de 15 minutos, tardaron casi una hora por las condiciones en que estaba, muy débil.

Al pisar tierra en Ciudad del Carmen, Campeche, fue traslado en ambulancia al Hospital Regional de Pemex, los médicos le hicieron pruebas de sangre, salieron negativas a COVID-19, le dijeron que era una influenza y lo enviaron a su casa.

"Lo mandan a su casa en ambulancia, mi cuñada nada más lo vio pasar como fantasma, porque no quería que nadie se acercara. Se metió a su recamara y de la puerta le dicen que lo mandan a descansar, que no se preocupe".

Saúl era hipertenso y prediabético, pero un hombre fuerte, era padre de una pareja de hijos, y dos nietos, a quienes no puso en riesgo al aislarse en automático, guardó reposo, pero su salud no mejoraba por lo que acudió al hospital el 20 de abril.

El personal tardó cuatro horas en atenderlo, otra prueba salió negativo y según los médicos su tórax y pulmones estaban sanos, fue enviado a casa con los medicamentos.

UNA ÚLTIMA PRUEBA SALE POSITIVA... YA ERA TARDE.

El miércoles 22, al no tener una mejoría en su salud, acudió a realizarse unos estudios de manera particular, regresó a su casa a seguir guardando reposo mientras esperaban los resultados de laboratorio.

Para tarde del día 23 de abril, su esposa y él sostenían una llamada, lo notó extraño, tenía un mal presentimiento, en un momento el plataformero ya no respondió, su voz se apagó.

Su hijo lo descubre desmayado en su cama, sus signos vitales son débiles, en un momento de desesperación le da respiración de boca a boca, después lo subió a la camioneta para trasladarlo al hospital; ahí no lo atienden rápido, no hay protocolos por ser presunto COVID-19, la desesperación y frustración se apodera de la familia, Saúl tuvo un infarto, horas más tarde falleció.

"La noche de ese mismo 23 de abril entregaron las cenizas. Yo perdí un hermano y sus hijos perdieron un padre y sus nietos un abuelo que era un hombre fuerte y lo perdimos por la negligencia de Pemex, que sus médicos no tomaron las medidas necesarias".

Para la noche de ese día, al pasar las 23 horas, las cenizas de Saúl fueron entregadas, el hospital ordenó una cremación inmediata en el horno, el acta de defunción señala "insuficiencia respiratoria agua" y "neumonía aguda grave por COVID-19".

Los resultados del laboratorio privado que llegaron después de su muerte también confirman que era portador de coronavirus.

Martha y sus hermanos, alzan la voz pese al luto que viven, denunció que ninguna autoridad de Pemex le ha dado la cara a su cuñada, ni siquiera la Sección 47 del sindicato les dio el pésame "que esa gente se atienda que se cuide y que esto desgraciadamente porque es algo serio y verdadero", finalizó.