Prólogo nuevo libro UAT: "Desigualdad educativa"
Este miércoles 4 de diciembre recibimos con agrado, de parte de los coordinadores del Consejo de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), la versión maquetada de nuestro nuevo libro "Muestras de la Desigualdad Educativa y Precariedad Laboral en Países Hispanoamericanos", coordinado por los doctores Jorge Lera, Roberto Ochoa y Jorge Pérez, integrantes del Cuerpo Académico Consolidado "Bienestar Económico y Social" -CABiES-.
Por el interés de dar a conocer parte del valioso prólogo, que nos dedicó mi gran amigo y colega investigador de El Colegio de México, Dr. Manuel Gil Antón, especialista reconocido en los temas sobre educación elemental y superior, y los fenómenos atribuibles a la llamada desigualdad educativa, a continuación, con su permiso, publicaré parte de dichos escritos señalando observaciones sobre los 6 capítulos que se incluyen en la obra académica.
SÍNTESIS PRÓLOGO POR DR. GIL ANTÓN:
Este libro, con la franqueza -muy bienvenida- que implica su título, cumple su compromiso: muestra, da muestras de, y de-muestra, sin pretender abarcar a todos los países, dos procesos que lastiman desde hace décadas a las sociedades hispanas: la distribución desigual del ingreso a, y permanencia en, el sistema educativo, y la creciente pérdida de la antigua “ciudadanía laboral” por medio de la precarización del trabajo.
No reúne estudios específicos de cada una de las naciones que forman parte del universo de las sociedades hispanas, pero, a través de indagaciones en distintas latitudes de ese espacio socio-geográfico e histórico, permite advertir y proponer ciertas conjeturas al respecto de procesos comunes, que se sostienen -como toda conjetura que guiará investigaciones específicas- en evidencia orientada teóricamente.
Atiende al acceso desigual no sólo a la escuela, como sitio/edificio/pupitre o lista de asistencia, sino al conocimiento relevante para la vida y los alcances que se consiguen. Quizá ya no sean, como hace décadas, las condiciones sociales de origen determinantes, de forma radical, del acceso y avance en el saber y saber hacer que se realiza en la escuela, pero sí un condicionamiento potente en las trayectorias educativas, incluyendo, sin duda, a las que no alcanzan a serlo pues ni siquiera inician. Ni siquiera truncas: huecos donde debería haber acceso y lazo social.
A su vez, revisa diversas modalidades en que, lejos de dar condiciones para la ciudadanía laboral -un trabajo formal, protegido, contractual y con prestaciones- estamos frente a la destrucción de estas coordenadas de ubicación social, para situar, a crecientes sectores de los trabajadores en las economías de nuestros países, en situaciones laborales precarias -sin formalizar sus vínculos contractuales, desprotegidos (sin acceso a la seguridad social) y ajenos a las prestaciones propias de una relación formal en su espacio cotidiano de trabajo-.
En ocasiones, como vías de tren, estos dos procesos parecen ir en paralelo en las últimas décadas en los países hispanos, no a la misma velocidad -e incluso con excepciones de las que este libro da cuenta- pero con una inercia que aparece ineludible. En otras, dejando la situación paralela infinita que propuso Euclides, ocurre que una potencia a la otra y la ahonda. Pero no se separan: están ligadas como se muestra en el libro.
En la detallada introducción que realizan los coordinadores de la obra, el lector encuentra tanto la estructura del libro, sus dos grandes secciones, y los capítulos que las integran. Por ende, en este prólogo se dará cuenta de algunas pistas para la ubicación del texto en las dos problemáticas señaladas: la inequitativa oportunidad de acceso a la educación, y las consecuencias de la precarización de los vínculos regulados con el trabajo que son, cada día, más frecuentes.
I
Muy pronto, en la Introducción, los autores señalan que:
[…] uno de los objetivos de este libro es indagar sobre qué tipo de relación se establece entre las figuras de precarización laboral y los niveles educativos alcanzados por los diferentes niveles laborales, así como observar si hay una relación simétrica o asimétrica entre las dos variables. Es decir, si a menor nivel educativo menor calidad en el empleo o a la inversa.
No es común que la delimitación de la precariedad laboral sea tan extensa: las dimensiones que se tomarán en cuenta son, entre otras,
[…] la caída del empleo, la subcontratación, el subempleo, el empleo informal, los bajos salarios, al cambio en los contratos colectivos; además, el uso cada vez mayor de robots y la automatización de empleos en las grandes fábricas y conglomerados industriales que desplazan la mano de obra de obreros y operarios.
Frente a ello, la publicación tiene como objetivo advertir si los sistemas educativos se han percatado de estas situaciones, no en cuanto a saber de su existencia, sino si están reaccionando de manera inteligente para adecuar sus procesos formativos. El primer comentario general sobre el texto en su conjunto, es que es consistente con los temas centrales que son parte de la agenda del Cuerpo Académico “Bienestar Económico y Social (CABiES) de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y se inscribe del todo en la serie de trabajos reunidos en Bienestar Social, Educativo y Precarización.
II
¿Qué relación se devela entre la desigualdad educativa y le precariedad laboral futura (y presente) en los estudiantes y nuevos profesionistas? Se puede seguir, en el texto, que si en una entidad -como se ejemplifica con el caso de Tamaulipas- durante un periodo considerable, se incrementa la desigualdad social y económica, suele estar acompañada, como resultado, de un decremento en la generación de empleos, sobre todo los formales, y el incremento de la tasa de desempleo abierto. Si se distingue en la problemática asociada a las modificaciones en la estructura laboral tres distintos procesos: desempleo abierto, subempleo y empleo informal, es notorio que a quienes más afecta es a los profesionistas y técnicos con mayor escolaridad. Hay una especie de fenómeno contra-intuitivo: se supone (¿se supuso?) que la escolarización avanzada protege de las vicisitudes de las modalidades de deterioro de las condiciones de trabajo.
Paradójicamente, no es el caso. Y menos si se presenta un proceso de automatización de los procesos productivos, en los que la presencia de robots -si no de inmediato, al menos en el mediano plazo- desplazará abundante mano de obra.
Poco se podría avanzar en esclarecer esta relación, sin contar con una definición, o una delimitación, de lo que ha de entenderse por precarización y desigualdad educativa. Ya se han señalado antes las características muy generales de ambos procesos, pero en el libro un aprendizaje, y no menor, es la posibilidad de esclarecer, con precisión, en procesos sucesivos de mayor claridad, lo que ha de entenderse por ellos.
Se puede abordar la precarización desde un proceder derivado de la ausencia: si un trabajo estándar -decente en términos más llanos- consiste en una relación laboral ubicada en una serie de derechos, seguridad social, el incremento de los salarios en relación con el crecimiento de los precios de la canasta básica y la representación colectiva en la que se subsume el contrato individual, entonces el trabajo, considerado precario, es el que se encuentra por fuera o en una disminuida cobertura de derechos, sin seguridad social, con incertidumbre en cuanto a aumentos salariales y por fuera de la contratación colectiva, quedando cada individuo sujeto a las disposiciones del capital y su lógica de ganancia sin freno.
Las condiciones laborales precarias, entonces, se caracterizan por ser inseguras, inciertas e impredecibles, aprendemos en el libro. Y resulta muy interesante romper con la idea de que esta disminución de las condiciones de protección al trabajo son una novedad de nuestro tiempo: al parecer, han estado presentes en el desarrollo del capitalismo, sin que esto signifique, tampoco, que su expansión a niveles nunca antes vistos sea, en efecto, consecuencia de crisis, predominio de un tipo de capital -financiero-, modificaciones en la tecnología y un proyecto político para el desarrollo del capitalismo en una etapa neoliberal, que es nueva porque profundiza al liberalismo, pero con mecanismos de control de las poblaciones y modificación en las estrategias de gobernanza -control- de cada uno de los individuos.
La desigualdad social, situación que incluye a la desigualdad educativa, implica una distribución no equitativa en el acceso y disfrute de bienes sociales, y no solo tiene que ver con diferencias en los ingresos, sino que incluye, en los procesos de exclusión, a grupos con características específicas, como etnias, religiones, sitios de nacimiento (por migración), etcétera. En cuanto a la educación, su forma más obvia son las barreras al acceso, pero la más aguda es el diferencial en el aprendizaje derivado del origen social, incluso si se asiste a la escuela.
Por si esto fuese poco, en el texto se pone atención a un proceso adicional: los robots. Más allá de la imaginación de quienes nacieron en el meridiano del siglo XX, o de las películas y series televisivas actuales, hay datos que no remiten a futuros lejanos: en nuestros días, los robots se hacen cargo del 29% de las tareas en los espacios laborales modernos; si ya esa proporción es asombrosa, el Foro Económico Mundial calcula que para 2022 -mañana mismo en la cuenta del tiempo histórico- será de 42%, y rebasará la mitad (52%) en 2025. Si esas tareas, por ahora, son las más rutinarias, crece la necesidad de contar con estudios y una formación superior a estas destrezas: los nuevos empleos, que no serán pocos, requerirán, durante cierto tiempo, mayor y mejor formación. ¿Las instituciones y los sistemas educativos hispanos están dando pasos orientados por este horizonte? El libro discute esta temática, central.
Las peculiaridades del Estado de Tamaulipas no ocultan, sino revelan, condiciones generales para el país y el mundo: lo que se reporta aquí es muy detallado y relevante: crece la precarización, hay fuga de personas preparadas a otras regiones, y el desempleo, oscilante, nunca está ausente.
En los linderos de los países hispánicos, ¿los procesos de desigualdad temprana y su impacto por el resto de la vida, no hay excepciones? Resulta, entonces, que se abre una veta: dada la contundencia, expresiva y real, de la sentencia que “origen (social) es destino en la ubicación futura en la distribución y disfrute de los bienes y recursos sociales”, intentar resolverlos, o al menos paliarlos, desde la primera infancia resulta importante [...]
Fin de síntesis citada. Autor del prólogo: Dr. Manuel Gil Antón, Investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. Elaborada: 20/08/2019.
Jorge Alfredo Lera Mejía
Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).
Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.
Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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