Ciudad de México. - La Guardia Nacional no fue creada para detener migrantes en nuestras fronteras, y es injusto que el Gobierno federal olvide la función constitucional de esta nueva institución, que es atender los delitos del fuero federal y salvaguardar la seguridad e integridad de las y los mexicanos y sus bienes, declaró la diputada federal, Mariana Rodríguez Mier y Terán, del Partido Revolucionario Institucional.

La también secretaria de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, lamentó que una vez más, el presidente de la República desprecie la planeación y el rigor del conocimiento técnico, para poner en marcha las políticas públicas, de ahí la injusticia de convertir a los elementos desplegados de la Guardia Nacional en el “muro” que exigió el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, para detener la migración hacia su territorio.

“Las Fuerzas Armadas Mexicanas y la Policía Federal han tenido y tendrán nuestro reconocimiento por su labor heroica, ya que han trabajado arduamente por la seguridad de México, particularmente en las entidades más lastimadas por la violencia”, expuso.

El marco legal que da origen a la Guardia Nacional,  agregó, es claro respecto a las funciones del organismo, las fallas han surgido en la implementación de parte del Gobierno federal, principalmente en la unión de las tres corporaciones: la Policía Militar, la Naval y la Federal, pues como lo ha reconocido el  propio secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, no han explicado en forma adecuada que  respetarán sus derechos laborales o cuáles son los rangos que se van a homologar, por ejemplo. A esta equivocación se suma “la humillación y crítica del presidente de la República a la policía en su conjunto, y esa no es una buena receta para poder crear una institución sólida”, refrendó la legisladora de Tamaulipas.

Respecto a la inminente crisis humanitaria que nuestro país enfrenta con la migración, recordó que ésta se agravó desde que se encontraba en campaña el presidente de la República, al alentar que los centroamericanos vinieran a México, ofreciéndoles trabajo, educación, vivienda y, posteriormente, cuando la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reiteró una política migratoria de brazos abiertos; la consecuencia ha sido un incremento exponencial en el ingreso de migrantes.