Mientras unos celebramos la vida, otros estamos en el ocaso de la misma
Matamoros, Tamaulipas.- La Natividad del Señor Jesús es sin duda una de las fiestas más grandes que celebra la humanidad; es motivo de celebración, de algarabía y júbilo entre las familias; sin embargo, está la otra cara de la moneda, de aquellos que poco tienen que celebrar, algunos de ellos ya ni recuerdos tienen: los ancianitos en los asilos.
Para ellos, regularmente estas celebraciones no suelen serlo tanto, pues les llega la nostalgia al sentirse abandonados por los seres aquellos a quienes incluso les dieron la vida.
En el asilo de ancianos “Pan de Vida” de Matamoros tratan de hacerles pasar una Navidad linda, les colocan un árbol de Navidad, un enorme nacimiento, a muchos de ellos les preparan una cena riquísima, y se las ofrecen en cantidades permitidas por los médicos del albergue, porque están de fiesta.
Ramoncito por ejemplo, tiene 116 años, nació en 1902, él ya casi no escucha, pero tiene el cariño de las personas que lo cuidan y trata de portarse muy bien; también está Carmelita, una mujer chilena que ya tiene varios años en el asilo, no tiene quien la visite, ha hecho de sus cuidadores su familia.
Elsa Migdalia Garza es la encargada del asilo de ancianos; para ella esta es una experiencia nueva, pues tiene poco al frente de la institución, sin embargo dijo que es una gran satisfacción el poder servir a los abuelos y a la comunidad.
Son 19 los que en estos momentos se encuentran albergados, sus familiares no van a verlos, pero afortunadamente en Matamoros hay personas de buen corazón, que de manera continua les están visitando, les llevan comida, ropa, regalos y los entretienen, les encanta jugar a la lotería.
Hay que tener mucho tacto para tratarlos, son como unos niños y cualquier cosa que les digan pueden lastimarlos o bien llenarlos de alegría.
Se busca que esta sea una verdadera Navidad para ellos; este 24 de diciembre se les prepararán pavos para la cena, tendrán piñata y unos regalos que les hicieron llegar con tiempo algunos grupos altruistas.
La intención es que sientan el calor de un hogar que ya no tienen, los bañan, los atienden médicos y enfermeras, les cocinan saludable y ahora celebran también la Navidad.
Aprovechan sus momentos de lucidez para hacerlos sentir bien, otros más por su enfermedad o bien por su edad se quedan sin recuerdos, pero viven el día a día, esperando por ahora, la celebración de la Navidad.
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