Matamoros, Tamaulipas. - El coordinador de la Pastoral Social de la Diócesis de Matamoros, Francisco Gallardo López, consideró necesario que las personas que llegan a la Casa del Migrante aprendan a convivir, ya que aquí solo se intermedia entre las diversas culturas en donde ha habido algunas fricciones.

Expresó que se han tenido algunos contratiempos al interior de este inmueble por situaciones de idioma, religión, por comida y esto ha sido un poco complicado, pues entre ellos se han registrado algunos “choques culturales”.

Citó como ejemplo que en México es muy normal que la gente coma picante, sin embargo, no los cubanos, venezolanos y en su mayoría no están acostumbrados y es entonces cuando la gente que atiende a los migrantes, también se tiene que adaptar a lo que a ellos les gusta, pero mientras eso sucede, la situación se torna un tanto tensa.

Gallardo López estableció que cuando esto les ha sucedido, ellos mismos les piden a los migrantes que los enseñen en cuanto a su arte culinario, lo que es un aporte para quienes los atienden.

Precisó que los recursos nunca son suficientes para atender a los migrantes, pero en Matamoros el pueblo es muy solidario, lo que les permite otorgarles, sino lujos, por lo menos lo necesario para vivir y teniendo los nutrientes necesarios para que no merme la salud de las personas.

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