El arribo a la presidencia de Andrés M. López Obrador estará marcado por dos grandes pruebas de fuego, por las cuales el mismo cuestionó para triunfar en la tercera oportunidad de competir en las elecciones: la inseguridad y la crisis económica. Significa que la opinión pública estará muy atenta para ver la respuesta pronta y expedita, para resolver o aminorar ambos pasivos de su agenda.

Una forma de medir dichos pasivos, será la forma de corto plazo como lo atenderá. En seguridad, AMLO ofrece reformar la Secretaría de Seguridad y separarla de Gobernación, ofreciendo una especie de Amnistía y negociando la legalización de ciertos estupefacientes.

En economía, habla AMLO de subir al doble los salarios y ajustar a la baja los energéticos, así como bajar impuestos (IVA, ISR, IEPS), impulsando a las pymes y emprendedurismo.

Vale recordar cómo llegó Enrique Peña Nieto a la Presidencia en 2012, en forma similar aprovechó el repudio contra FECAL, tanto por su mal manejo de la economía y su guerra contra el crimen, arrancó bien EPN con las reformas, pero la corrupción, inseguridad y crisis económica, sumada a la imparable deuda, terminó por hundirlo, a él, al PRI y a su candidato José A. Meade.

Peña Nieto obtuvo la victoria, en 2012, gracias al mal desempeño de Calderón y al hecho de que AMLO estaba en la lona. La ‘presidencia legítima’ y la toma de Paseo de Reforma lo habían hundido. Para aprobar la segunda generación de reformas estructurales. EPN cumplió puntualmente. Y para hacerlo sorprendió a propios y extraños con el Pacto por México.

Pero en inseguridad y en economía los malos resultados están a la vista: se duplicó la violencia y los muertos y desaparecidos en seis años; además, la reforma fiscal golpeó a los de siempre, particularmente a los pobres con bajos salarios, y a las clases medias, con una deuda incrementada irresponsablemente, inflación y un crecimiento insuficiente.

Además, podemos ver parte de la opinión expuesta ayer por Eloy Garza, sobre la forma que operará la economía y los impuestos, desde la óptica del poeta-economista Carlos Urzua, futuro Secretario de Hacienda.

[...] Si el gobierno promete seguridad pública a cambio de pagarle un tributo (impuestos) pero cada mes el narco en complicidad con la policía, pide cuota por “derecho de piso” en negocios familiares, so pena de secuestrar o matar al dueño, el impuesto gubernamental es una extorsión draconiana.

... Si el gobierno me cobra por vivir en mi propia casa, pero usa ese dinero para comprar votos en épocas electorales, el impuesto es una extorsión draconiana. Peor si cobra ciertos impuesto discretos cuando la víctima está descuidada (IVA). En todos estos ejemplos –hay muchos más-- el contribuyente sufre una presión fiscal sin compensaciones.

Lo más lamentable es que se condena a justos por pecadores. No todos los emprendedores ni todos los inversionistas son culpables de la inflación. Pero el gobierno sí es responsable de provocar precios más elevados, reducir la producción y los ingresos por su afán recaudatorio sin freno y porque tiene el mal congénito de elevar sus gastos al mismo nivel de sus ingresos. 

En ese balance mal hecho, perdemos todos, emprendedores, economistas, poetas y público en general [...] Eloy Garza. 3/08/2018.

En fin, estos dos temas de la inseguridad y la economía, darán motivo de muchas opiniones encontradas, sobre todo pondrán a prueba, no tanto la voluntad --que la tiene de sobra AMLO--, pero si la eficacia y su preparación, para dar puntual respuesta al "voto del castigo", que hizo que en esta ocasión logrará más del 53% del voto de las mayorías.

Recordando la máxima política y maquiavélica, que "no es lo mismo ser oposición que ser gobierno". Para gobernar hay que ser y parecer, plantear y actuar...

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.