México,(Notimex).- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) convocó a redoblar esfuerzos para reducir los efectos negativos que el VIH y el Sida tienen sobre la clase trabajadora, así como sus repercusiones económicas y sociales.

Planteó acciones más intensas con el objetivo de reducir las deficiencias con respecto al tratamiento, aumentar las medidas de prevención y diagnóstico a fin de garantizar que los trabajadores puedan disfrutar vidas saludables y productivas.

En un informe del organismo internacional se señalan los efectos negativos que estos padecimientos siguen teniendo sobre la fuerza de trabajo y sus repercusiones económicas y sociales.

Refiere que además del sufrimiento humano, el VIH y el Sida causan millones de dólares en pérdidas de ingresos, en gran parte como resultado de la muerte de cientos de miles de trabajadores, las cuales podían ser evitadas gracias a un adecuado tratamiento.

Las pérdidas de ingresos atribuibles al Sida, resultado del fallecimiento o de la incapacidad de trabajar, muestran un descenso substancial desde 2005, cuando alcanzaron la cifra de 17 mil millones de dólares, pero todavía deberían alcanzar los siete mil 200 millones de dólares en 2020.

En su informe “El impacto del VIH y el sida en el mundo del trabajo: Estimaciones mundiales”, hecho en colaboración con ONUSIDA, se analiza la manera en que la evolución de la epidemia de este padecimiento y la extensión de la terapia antirretrovírica han repercutido sobre la fuerza de trabajo mundial y cómo se prevé que lo haga en el futuro

Además, se evalúa el impacto económico y social del VIH sobre los trabajadores y sus familias.

Indica que la mayor incidencia de mortalidad se observa entre los trabajadores que se acercan a los 40 años de edad, “esta es la edad en la cual normalmente los trabajadores están en el mejor momento de su vida productiva. Estas muertes pueden ser completamente evitadas con la ampliación y la aceleración del tratamiento”.

“Las medidas de prevención y diagnóstico del VIH también deben ser intensificadas si queremos poner fin al SIDA", advierte la OIT en su informe, donde también señala que el tratamiento de esta enfermedad permite que los trabajadores sigan activos.

Apunta que el número de trabajadores que viven con el VIH totalmente o parcialmente incapaces de trabajar se ha reducido considerablemente desde 2005, y esta tendencia debería continuar.

“Se estima que el número total de personas totalmente incapaces de trabajar debería disminuir a 40 mil en 2020 en relación al nivel de 2005 de alrededor de 350 mil, un descenso de 85 por ciento para los hombres y de 93 por ciento para las mujeres”, puntualiza.

El informe también estudia los “costos ocultos”, la carga de los cuidados o de las tareas adicionales para los miembros de la familia, rubro en el que señala que en 2020, alrededor de 140 mil niños asumirán tareas adicionales a nivel de trabajo infantil, mientras que el equivalente a 50 mil trabajadores a tiempo completo tendrán que realizar trabajo de cuidado no remunerado.

En el texto el organismo expone que el número de trabajadores que viven con el VIH pasó de 22.5 millones en 2005 a 26.6 millones en 2015. “Está previsto que aumente hasta 30 millones en 2020, aunque los tratamientos ARV sean extendidos como está previsto”, advirtió.

Por ello consideró que “la mera ampliación del acceso al tratamiento no es suficiente. Las medidas de prevención y diagnóstico del VIH también deben ser intensificadas si queremos poner fin al SIDA. Esto tiene sentido humano, y es razonable en términos económicos”, subrayó.