París,(Notimex).- Al principio se impuso a burlas e insultos, luego a desmayos en los Juegos Olímpicos Río 2016, después, por fin, alcanzó la gloria en el Campeonato Mundial de Atletismo Londres 2017, por lo que al marchista Yohann Diniz le complace el legado que le dejará a Francia cuando diga adiós.

Nacido el 1 de enero de 1978, se inició en carreras de calle y un día decidió cambiar a la caminata, una modalidad atlética casi nada conocida y menos apreciada en su nación.

“Lo que realmente me preocupó fue la burla que recibí de ciertas personas cuando entrenaba fuera del estadio. Insultos e imitaciones groseras. Pensé para mis adentros, ¿por qué la gente se burla de la caminata? ¿Por qué recibo tantas miradas divertidas?”, compartió.

En una entrevista difundida hoy por la página web de la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo, agregó que “no entendió por qué esas personas reaccionaron de esa manera”.

Por tal motivo se refugió en carreteras rurales y poco transitadas para entrenar, pero ese no fue su objetivo, el ocultarse, su meta fue que “la gente me tomara en serio. Así que después de repensarlo volví a los escenarios públicos”.

Se decía: “tengo derecho a entrenar donde quiero. Depende de usted aceptar mi deporte” y de ahí caminó, y cada vez con más adeptos, al podio, siendo su gran victoria el Campeonato de Europa en 2006, en los 50 kilómetros.

Casi enseguida, con el apoyo de la Federación Francesa de Atletismo, su mánager y otros socios fundaron una prueba de cinco mil metros, la cual fue incluida en el recién formado circuito nacional de la liga de atletismo.

"Quise exponer a los recién llegados y a las futuras estrellas de la caminata, y que el público viera qué espectáculo tan emocionante puede ser la marcha de cinco mil metros”, argumentó.

Después, en 2007, en el Campeonato Mundial de Atletismo de Osaka, Japón, ganó la medalla de plata en los 50 kilómetros. “Esto amplió aún más el interés en mí y despertó una gran afinidad por la caminata en mi país”.

En 2010 y 2014 agregó la segunda y tercera medalla de oro del Campeonato Europeo y el 15 de agosto de 2014 llegó al clímax, con el récord mundial con tres horas, 32 minutos y 33 segundos, en Zurich, Suiza.

Con ese historial y como favorito se presentó en los Juegos Olímpicos Río 2016, donde se puso de líder entre los más de 100 participantes y caminó al podio, pero a los 30 kilómetros empezó a sentir los estragos de un problema estomacal.

Paró una y otra vez, reinició y se desvaneció al piso, los jueces le pidieron que abandonara, pero no, se levantó y en medio de una proeza terminó en octavo lugar.

De ahí, otra vez, a prepararse, ahora hacia el Campeonato Mundial de Atletismo Londres 2017, donde, al igual que en Río, se puso en la punta y caminó, ahora sí, al podio, a la gloria, a la victoria, a convertirse, con sus 39 años de edad, en el atleta campeón más longevo en la historia del mundial.

“Es un bonito domingo. Todavía me queda un título por conseguir: el oro olímpico. Será una bonita forma de terminar mi carrera siendo campeón en los Juegos Olímpicos Tokio 2020”, expresó aquella vez.

Ya en la actualidad, dijo sentirse “orgulloso de haber podido ayudar a que mi deporte crezca, no sólo en Francia, sino también en el extranjero, y que seamos reconocidos por nuestros verdaderos valores y nuestras excelentes cualidades físicas y mentales, al igual que otros atletas”.

Cree que lo realizado “ha permitido que los caminantes puedan entrenar sin miedo a la burla” y ve que “ahora tenemos una prometedora joven generación de caminantes en Francia. Espero que cuando me retire del deporte, este sea mi legado”.