El grito y el buscapiés
RELATO 1.- De alegría, la carita de algunos victoreases se transformó en evidente temor y, cómo no, si esa noche, que es para gozarla porque se rinde honores a todos aquellos héroes que nos dieron patria y libertad, se vio manchada por algunos incidentes, aunque menores, que ellos no querrán recordar por mucho tiempo.
Y es que era la noche del 15 de septiembre en la plaza principal de Ciudad Victoria, Tamaulipas, la cual no lució repleta, como en años anteriores, y a los asistentes, casi los invadió el pánico por el irresponsable manejo de los cohetes que fueron preparados para darle brillo, color y sabor a un momento que es esperado por muchos, porque los hace que se vistan con el traje que los hace sentir mexicanos.
Todos gritaban, bailaban, se abrazaban, cuando tres cohetes se elevaron hacia el cielo y luego vino el silencio cuando se esperaba la acción en vivo y a todo color, pero nada, parecía que todo había terminado y que el espectáculo sería raquítico, como lo es todo ahora.
Lo que sucedió fue que fallo la cuerda de detonación de los cohetes por diez minutos, por eso surgieron los gritos de infinidad de victoreases que exigían ruido, que el cielo se pintara de colores diversos que son gratos para la pupila, para el estado de ánimo, para la fiesta mexicana como es tradicional en cualquier pedazo de la república.
Regresó la función, pero se escuchó un estallido a espaldas de los presentes muy similar a disparos de arma de fuego que produjo el miedo entre los jubilosos amantes de la velada, quienes se miraban entre si y fue por eso que muchos de ellos buscaron la salida para huir de aquello que seguramente no estaba contemplado en las tan esperadas fiestas patrias en la capital de Tamaulipas.
Pero hubo testigos y ellos narraron que a diferencia de los años y sexenios anteriores los cohetes se colocaron en plena calle, en el 15 y 16 Morelos, y uno de ellos, muy potente, al despegar toco un edificio, desvió su trayecto y cayó frente a una mueblería, donde produjo un ensordecedor sonido que se confundió con otra cosa.
Irresponsable, es, que los cohetes no se hayan colocado encima del Centro Cultural Tamaulipas y sí en el suelo, porque algunas personas que no alcanzaron a escapar resultaron lesionadas en las manos por la pólvora y que fueron atendidas por la Cruz Roja, al igual que otras que se quejaron de la falta de aire. En total fueron diez las que pidieron auxilio.
Antes de ello, algunos asistentes dan cuenta de la rechifla que sufrió el prestigiado y excelente cantante cubano Francisco Céspedes, porque pocas de sus canciones se identifican con las tradicionales fiestas mexicanas porque son lentas, porque hablan solo del amor y porque no alimentan de energía a aquel que pretende gozar por ser mexicano.
Pobre “Paco” porque su rostro se tornó pálido, pero en el fondo debe de estar feliz porque fue un extranjero que fue tomado en cuenta por aquellos que se jactan de rodearse de intelectuales, de poderosos.
Y si se desvía un poco la mirada hacia Nuevo Laredo, el que debe de estar celoso del alcalde de ese lugar, Enrique Cuellar, porque concentró a 45 mil almas el día del grito, es Enrique Peña Nieto, quien alcanzo las 60 mil –solo 15 mil más- en pleno Zócalo capitalino.
La cosa, por eso, estuvo de gritos.
RELATO 2.-Se va Blanca Valles Rodríguez y muchos burócratas lo van a lamentar, porque es una mujer que desde el gobierno de Manuel Cavazos Lerma ha estado abierta para atender la problemática de los trabajadores estatales, aunque no le ha sido sencillo.
Blanca, la dirigente del SUTSPET, ha tenido la virtud de hacer química con los gobernadores en turno de Tamaulipas, pero el momento de retirarse ha llegado y los burócratas probaran una sopa de otro sabor, que ojala, que sea de su agrado.
Ella se va satisfecha y se retira a hacer su vida familiar, pero a algunos de sus colaboradores les preocupa lo que viene con un nuevo dirigente, si se toma en cuenta que los cambios no solo son para arriba, también los hay para abajo.
Dice ella “no” a la reelección y abiertamente da las gracias a todos aquellos que la ayudaron a defender los derechos de los trabajadores, porque fue clave para lograr la estabilidad laboral desde hace 23 años.
Blanca tiene derecho a gozar de la vida familiar.
Porque es un ser humano, común.
Correo electrónico: tecnico.lobo1@gmail.com
Javier Rosales
Columnista en Tamaulipas. Su columna Anecdotario es publicada en diversos medios de comunicación.
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