… Y DE LIDIA

No saben si ladrar o ser falderos como los “chihuahua”. Si se quedan o se van. Borregos saltarines, así andan, trasquilados de puestos y lana.

No saben si hacerse morenistas como Américo Villarreal Anaya, Eduardo Gattas, Javier Villarreal Terán o Felipe Garza Narváez quien no aguanto y de plano se sumó al pacto firmado por el mismísimo Peje en Victoria.

Claro antes renuncio oficialmente al PRI, mejor se hubiera quedado ahí, chance y hasta ya anduviera encabezando una corriente interna para dirigirlo. Hasta ahorita es la fuga de mayor peso político que se ha dado en los tiempos del PRI de oposición en Tamaulipas.

Claro que los esfuerzos de los que siguen ahí, es quién encabeza al PRI pero la realidad es que MORENA no pinto en ninguna de las 43 alcaldías jugadas en 2016, así es que esa camiseta política, está lista para el 2018.

¿Por qué? El efecto Peje, es real. Y quien sabe cuántos desertores del PRI y del PAN, quieran una de esas candidaturas a alguna alcaldía tamaulipeca en 2018.

Por ejemplo en los municipios más grandes, la elección entre el PAN y PRI quedo así: Nuevo Laredo -78 mil PAN, 45 mil PRI-, Reynosa – 85 mil PAN, 63 mil PRI, JR Independiente 55 mil 795-, Matamoros -65 mil 961 PRI, 65 mil 43 PAN, Por un Matamoros Independiente A.C. 37 mil 115-, eso en los tres municipios fronterizos de más peso político.  En Río Bravo – 17 mil PRI, 13 mil PAN, 10 mil Independiente-.

Tampico -61 mil 410 PRI, 59 mil 102 PAN-, Madero – 44 mil PAN, 31 mil PRI-, Altamira -41 mil PAN, 34 mil PRI-, Mante -25 mil PAN, 21 mil PRI-, eso en llo que es el sur del estado.

Victoria -47 mil 362 PRI, 45 mil 372 PAN, 28 mil 110 Xico, 25 mil 836 MC-, es el municipio del centro que más votos concentra y son los votos por las alcaldías en 2016, algunas de las más grandes electoralmente.

¿La diferencia con el 2018? De entrada, viene una boleta más complicada para Tamaulipas.

Todos los partidos tendrán que meter candidatos con o sin alianzas a Presidente, formula al senado, 9 diputaciones federales. Mas con alianzas totales, parciales o sin ellas 43 candidatos a las alcaldías.

Súmele, los que logren candidaturas independientes en Tamaulipas a alcaldes, diputados federales y senadores.

La gran diferencia en alcaldías, para el PAN es que ya no traerá a favor el efecto que los catapulto a pintar de azul Tamaulipas. 

Y para cuando se dé la elección en julio habrá transcurrido un año 8 meses de ejercicio en el poder estatal, ya en este corto tramo van tres renuncias en secretarías.

Para esas fechas se desconoce cómo estará conformado el gabinete estatal, cuando algunos se quieren ir a probar suerte e irse a las campañas por alguna de las alcaldías en juego.

Mientras los borregos saltarines del PRI, se sienten como toros de lidia.

Y en lo que preparan la ofensiva del 2018, se calan entre ellos con sus propios cuernos.

A ver si no salen muy lastimados cuando finalmente lancen su clásico grito borreguero y se brinquen de regreso al corral tricolor para esperar las definiciones del 2018 en candidaturas, ni modo que los que ahorita anden con los consejeros en su boca, los vayan a pelar cuando se den los palomeos.

Por lo pronto el próximo sábado en su consejo político estatal en Victoria, van por el palomeo de los que irán a la asamblea nacional del CEN del PRI, donde también otros borregos que quieren que los metan al corral protestan porque no quieren que les impongan candidato presidencial, nomás con que el primer priísta de México en esa asamblea nacional no les salga con esa frase de “ningún chile les embona”.

Mientras en Tamaulipas sigue el brincadero de Oscar Luebbert Gutiérrez, Sergio Guajardo, Enrique Cárdenas, de los más bravos Luis Enrique Arreola, Alejandro Guevara, Ramiro Ramos otros que sonaban aventaron la toalla.

Pero el consejo político estatal del PRI del sábado podría pintar como viene la elección de dirigente en agosto.

LA NOMENCLATURA

UN FRENTE DE MIEDO

Pues a querer o no el PAN de Ricardo Anaya ya está sonando “bofito” para el 2018 con eso de que quiere ser el que encabece un frente de partidos políticos en 2018 por la elección presidencial.

Se le suma Alejandra Barrales como dirigente del PRD. Pero más que el agua y el aceite esta alianza fracasara como fracaso en el Estado de México cuando Juan Zepeda se quedó con el tercer lugar para el PRD dejando en cuarto a Josefina Vázquez y el PAN.

Tan solo Miguel Mancera también quiere ser presidenciable, si no se aviente ahorita le va a pasar como a Marcelo Ebrard que dejo pasar la oportunidad y ya no se le presentara otra.

Y el protagonismo de Anaya va igual, si no aprovecha la dirigencia del PAN, difícilmente va a volver a aspirar a ser candidato presidencial.

Por más que se emocionen con ese frente de miedo electoral al 2018, las realidades internas del PAN y PRD abortaran esa supuesta alianza política.

Y la competencia real será entre el Peje por MORENA y al que le pongan del PRI.

jorhihem@prodigy.net.mx

Columnista de HOYTamaulipas